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La pandemia frena a los peregrinos: "Nos ha roto los esquemas", aseguran en el albergue

El hospedaje contabilizó alrededor de 5.900 caminantes en 2019, mientras que en lo que va de 2020 superan ligeramente el centenar

La pandemia frena a los peregrinos: "Nos ha roto los esquemas", aseguran en el albergue

Como a cualquier otro negocio, la crisis sanitaria del Covid-19 también ha afectado al albergue de peregrinos Pedro Solís de Avilés. El año pasado cobijaron, aproximadamente, a 5.900 peregrinos del Camino de Santiago. En este, extraordinario para todos, superan ligeramente el centenar. "La pandemia nos ha roto todos los esquemas", lamentan sus responsables.

Por lo general, el verano es una de las épocas señaladas para los peregrinos de todas partes del mundo, por lo que no es de extrañar que entre estos meses los albergues logren sus cifras más altas. Lamentablemente este año es especial. Durante el pasado mes de julio el parador sumó hasta 1.100 huéspedes, por los 40 en lo que van en el de este estrepitoso año.

Si bien el año pasado estuvieron cerca de superar la barrera de las 6.000 personas, este año las previsiones apuntaban a superar la ansiada cifra, al tratarse de año previo al Jacobeo. Para esta extraordinaria celebración -que tendría lugar en 2021- se produce con una cadencia de seis, cinco, seis y once años, haciendo un total de 14 cada siglo. Esto es así por celebrarse cuando el 25 de julio -día del apóstol Santiago- cae en domingo.

Y el albergue de Avilés, que reabrió sus puertas el pasado 1 de julio, coincidiendo con la llegada de los primeros peregrinos del Camino de Santiago, al igual que para otros tantos negocios, entró en la nueva normalidad con tan solo el 50% de sus aforo para asegurar que los huéspedes respetaban los dos metros de distanciamiento recomendado por las autoridades. Esta norma la cumplen a rajatabla a través de una limitación en sus camas con una cuerda. Si una persona duerme en la litera de abajo, en la de al lado solo estaría permitido hacerlo en la de arriba. Además de asegurar que a todos los peregrinos se les facilita gel hidroalcohólico, se les toma la temperatura y deben utilizar mascarilla en todo momento. A pesar de ello, "los peregrinos prefieren hospedarse en un hotel o en una pensión porque creen que las medidas son más seguras", señala Víctor González, hospitalero del albergue.

Cabe destacar que la Asociación Asturgalaica -la encargada de regentar el albergue municipal- aprovechó este parón obligado para hacer algunas mejoras, tanto estéticas como de seguridad y comodidad, a raíz de una subvención que les concedieron el pasado año. Por tanto, la nueva remesa de colchones es antiácaros y a estrenar desde esta última apertura, igual que la mayoría de los enseres de la cocina que facilitan a los peregrinos. También se han acondicionado las zonas comunes interiores y exteriores, para garantizar la seguridad pertinente frene al covid-19.

Los peregrinos que hagan noche en el parador deberán abonar la cantidad de seis euros. A cambio recibirán una sábana y una almohada desechables. También dispondrán de una cocina de uso libre con algunos productos básicos para los más rezagados como aceite, sal, azúcar, pasta o arroz, entre otros. Podrán hacer uso de cualquiera de las diez duchas que disponen y de una pila para lavar la ropa. En el caso de que lo deseen, el albergue pone a disposición de sus clientes una lavadora y una secadora con un sobrecoste adicional.

En cuanto al horario ha sufrido algunas modificaciones. Si antes abría de 13.00 a 22.00 horas, ahora lo hace de forma más reducida, de 16.00 a 20.00 horas. No obstante, aseguran que podría volver de nuevo a la normalidad en el caso de que llegara una cantidad mayor de peregrinos.

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