El nuevo coronavirus, entre un sinfín de cosas y casi ninguna buena, ha dejado al descubierto retratos de hambre. De ahí que el personal del Hospital Universitario San Agustín, con el visto bueno del gerente, Ricardo de Dios, decidiera hace quince días colaborar con el Banco de Alimentos para paliar en la medida de sus posibilidades las secuelas económicas del covid-19. La vicepresidenta de la Fundación Banco de Alimentos de Asturias, Pepa Cañadas, acudió ayer al complejo sanitario de Camino de Heros a recoger los alimentos, la mayoría, como suele ser habitual, no perecederos. Dio las gracias a todos los trabajadores y las personas que colaboraron con la campaña "Ningún hogar sin alimentos". No en vano, la entidad ha registrado durante la pandemia un 54 por ciento más de peticiones de ayuda respecto a las que registran durante un año considerado normal.

"El incremento ha sido penoso, y gracias a iniciativas como ésta y a otras desarrolladas en empresas o supermercados y la contribución de personas anónimas vamos pudiendo solventar los problemas de alimentación que tienen las familias", apuntó Cañadas, que aprovechó la ocasión para agradecer el trabajo diario de los voluntarios del Banco de Alimentos.

El gerente del área sanitaria avilesina, Ricardo de Dios, insistió en el interés de los trabajadores por ayudar a los ciudadanos que lo están pasando mal económicamente: "Otra secuela del coronavirus es la afectación económica de los ciudadanos. Hay empresas que han sufrido enormemente, autónomos que han pasado por situaciones delicadas y las necesidades han aumentado exponencialmente. Esos contenedores van llenos de esperanza, ilusión y sobre todo comida", destacó el gerente, arropado por directivos del Hospital y de la junta de personal, encabezada por David Menéndez y Trinidad Caminero.