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La industria pide "menos ocurrencias" legales, rutas comerciales e investigación

"No puede ser que los políticos nos dejen tirados como colillas: es mentira que apoyen al sector", se lamenta el presidente de la FADE

La mesa dedicada a la industria transformadora, con Belarmino Feito a la izquierda. MARA VILLAMUZA

El desaliento invade a los industriales asturianos. Al primero de ellos, el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), al que más. "Es mentira que los políticos atiendan a la industria: hacen proyectos de ley, pero no se da nunca el paso adelante. No puede ser que nos dejen tirados como colillas", se lamentó Belarmino Feito durante la apertura de la jornada de trabajo "El corazón de la industria asturiana" que promovió el Partido Popular (PP) de Avilés con la colaboración de la Cámara de Comercio local y de la propia FADE.

Feito mostró su desaliento repetidas veces a lo largo de la mañana de ayer. Guillermo Mariscal, el secretario general del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados -vía plataforma Zoom- recogió el guante. "Me comprometo a estar en Asturias en septiembre: recogeré vuestras propuestas para poder transformarlas en iniciativas parlamentarias", apuntó el también portavoz de los populares en asuntos industriales. "Nuestra apuesta es firme", recalcó.

Los populares reunieron en la misma mañana a, entre otros, los presidentes de Du Pont Ibérica (Ángela Santianes), de Daorje (Miguel Zorita), al director de Asturiana de Zinc (Jaime Arias) y a los de Aleastur (Sergio Martínez), Hiasa (José Agustín Suárez-Valdés) e Idesa (Julio Martín). Todos ellos, y otros representantes de los empresarios como Guillermo Ulacia (Femetal), buscaron los elementos precisos para que la industria vuelva a emerger porque en esto casi todos estuvieron de acuerdo: los buenos tiempos no son estos.

Los industriales reclaman "menos ocurrencias" legislativas (Feito), mejores rutas comerciales (Suárez-Valdés), la reducción de los costes eléctricos (todos), apuesta por la formación de empleados (Martín). "En realidad lo que precisamos es una conjunción de necesidades: una legislación menos compleja, apuesta por la investigación y por las rutas comerciales... La suma de todo esto daría impulso a la industria", resumió Sergio Martínez, de Aleastur.

La necesidad de que el Gobierno dé de paso al más que prometido estatuto de las empresas electrointensivas corrió como la pólvora por las tres mesas organizadas por los populares. "No tenemos ni idea de cuándo lo piensan poner en marcha. El borrador que han presentado a discusión nos deja peor de lo que estábamos", apuntó Feito. Mariscal reconoció que "está en audiencia pública y que luego es cuando se tiene que aprobar". "No se dan cuenta los políticos que las empresas no podemos esperar infinitamente", apostilló el presidente de la patronal. "La empresa no cierra cuando anuncia que hay que ponerse a negociar; la empresa cierra cuando determina que no puede ser competitiva. Por eso colgar una pancarta con un tal empresa no se cierra no tiene sentido", comentó. En el Ayuntamiento de Avilés, durante casi nueve meses, hubo dos, con la leyenda "Alcoa no se cierra". Ahora no hay Alcoa ni en Avilés, ni en La Coruña, y tiene pensado adelgazar su presencia en San Ciprián, en la provincia de Lugo. En la jornada del PP no estuvieron presentes los herederos de Alcoa: Grupo Industrial Riesgo.

Consciente de su discurso, el presidente de los empresarios asturianos se justificó: "No soy un agorero: la situación es la que es, si dejamos que siga, nos veremos abocados al cierre", apuntó. "La próxima reconversión no vendrá con prejubilaciones millonarias", advirtió Feito. "Las industrias estratégicas estaban aquí, en Asturias", se lamentó el presidente de la patronal.

Pero no todo está tan mal. Jaime Arias, el director de Azsa, reconoció que "hubo un tiempo" en que su fábrica fue "la primera del mundo en su sector" y que, ahora, sin embargo, "es la segunda o la tercera". Y diciendo esto, añadió: "Somos una parte muy pequeña de Glencore", la corporación propietaria de Azsa. "Tenemos que seguir siendo productivos y para eso necesitamos un precio de las energía óptimo", advirtió.

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