Los tres contratos suscritos en los últimos meses entre la energética Iberdrola y la avilesina Windar aseguran carga de trabajo para la compañía del grupo Daniel Alonso hasta 2023. Los encargos en vigor son los del parque eólico marino francés "Saint-Brieuc" (en alianza con Navantia), el estadounidense "Vineyard Wind" -84 cimentaciones para el primer proyecto de eólica marina de Iberdrola en Estados Unidos- y las 50 estructuras de transición que se fabricarán íntegramente en los talleres avilesinos para el parque "Baltic Eagle", el segundo gran proyecto eólico marino que la multinacional vasca levantará en aguas alemanas tras Wikinger, que le sirvió a la firma avilesina como punta de lanza en el sector de la eólica marina.
"Todos estos contratos van a suponer 1.600.000 horas de trabajo en Avilés. Los proyectos arrancarán en septiembre y acabarán a finales de 2023", expuso el consejero delegado de Windar, Orlando Alonso, tras firmar el pasado jueves en el Centro Niemeyer con Iberdrola el contrato para Baltic Eagle. Windar es hoy "el único fabricante mundial que ha participado en proyectos con los tres tipos de estructuras de eólica marítima: jackets, monopile y flotacionales", añadió.
Windar, que exporta prácticamente el 100% de la producción, suma así un nuevo macro contrato con la energética vasca, a la que debe buena parte de su expansión internacional. La firma del Grupo Daniel Alonso puso en marcha fábricas en Brasil y México para atender encargos de Iberdrola (también cuenta con factorías en India y Rusia).
Iberdrola firmó el jueves en el Centro Niemeyer contratos con otras tres empresas asentadas en la comarca avilesina. Asturmadi, que exporta el 80% de la producción, colaborará en el proyecto solar fotovoltaico Barcience que la eléctrica construirá en la provincia de Toledo. Suministrará 5.000 unidades que darán soporte a casi 150.000 paneles solares. Este contrato supone para la compañía el 20% de la facturación de este año. De los 30 millones de facturación de Asturmadi, 20 proceden de negocios para proyectos relacionados con las energías renovables, sector en el que desembarcó hace cuatro años, y 10 en su negocio de puertas.
Gonvarri Solar Steel (la antigua fábrica corverana Hiasa) suministrará estructuras fijas para las plantas fotovoltaicas que Iberdrola promueve en Extremadura, Murcia y Castilla La Mancha. "El contrato firmado el jueves con Iberdrola supone una carga de trabajo para el resto del año, y los nuevos contratos que esperamos firmar dentro del contrato marco generarán una carga de trabajo para los próximos tres o cuatro años en nuestra planta en Asturias", explican desde el Grupo Gonvarri.
El peso de las energías renovables representa ya un 40% sobre el total de la facturación de la división Metal Structures de Gonvarri Industries. "Es muy importante para Gonvarri, no solo por la carga de trabajo para la fábrica, sino también por la contratación de nuevos perfiles laborales, mejor preparados y cualificados para poder ofrecer un mejor producto y servicio a Iberdrola", añadieron las mismas fuentes.
Ocho meses de trabajo suponen para Asturfeito los rodetes de turbina que fabricará para la central hidroeléctrica Castro I de Zamora, construida en el curso medio del río Duero, pero su efecto en el empleo va más allá. "Genera trabajo para un grupo de gente especializada de nuestro equipo y todos los contratistas son nacionales o de la región. Tiene un efecto arrastre, entre compra de materiales suponen cincuenta puestos, más la carga de trabajo para nosotros", expuso el director general de Asturfeito, Ricardo Rodríguez. Las energías renovables suponen el 40% de la facturación (fabrica para los sectores eólico e hidroeléctrico) y la previsión es aumentar este porcentaje en los próximos años.
Para el presidente de la Cámara de Comercio, "el jueves se pudo ver en el Niemeyer el alto potencial que tiene el sector de las renovables y la excelente representación que tienen la industria de bienes de equipo de la comarca". "Es un sector al que, desde la Cámara, nos gustaría apoyar para convertir a la comarca en un espacio de experimentación masiva, con el objetivo compartido de transición justa, es decir, una transición que es tecnológica, que es económica, pero que también es social. La propuesta que hace la Comisión Europea es una grandísima oportunidad que tenemos que aprovechar", subrayó Luis Noguera.
