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Los expertos condicionan el nuevo PGO a la actualización de la ley regional de suelo

El arquitecto Fernández Molina propone realizar ajustes parciales en el planeamiento urbanístico y dividirlo por sectores "para darles salida"

Edificio del antiguo club social de Cristalería, en la parcela ahora del "banco malo" en Jardín de Cantos. R. SOLÍS

Modificar ahora el Plan General de Ordenación Urbana de Avilés -documento que data de 2006 y sigue a otro anterior, de 1986- como pretende el gobierno local sería un error. Así lo cree el arquitecto y urbanista José Ramón Fernández Molina, que conoce bien la realidad urbanística de Avilés. Se explica: "Ahora mismo se está debatiendo cuál es el escenario regional en el que se mueven los planeamientos urbanísticos y no procede en estos momentos hacer ninguna revisión porque no tenemos ninguna directriz actualizada: estamos a la expectativa de que se revise la ley del Régimen del Suelo y Ordenación Urbanística del Principado de Asturias".

"Estamos en época de crisis en todos los aspectos y el modelo de planeamiento está hiperburocratizado, y cualquiera puede pleitear contra una planteamiento: esa fragilidad y deficiencia administrativa es tremenda", sentenció. En esta línea, el director general de Urbanismo del Principado confirmó a principios de este año la urgencia de la renovación normativa y del "cambio de mentalidad". Alfonso Toribio destacó entonces que el Gobierno regional promoverá el cambio hacia una ley del suelo "más flexible y menos burocrática".

Molina -que está detrás de un proyecto inseparable del Plan General de Ordenación Urbana de Avilés, que pasa por dotar de larga vida a los dos gasómetros de Baterías de coque en la ciudad- consideró que hasta que esa nueva ley de suelo no entre en vigor "no se debería plantear ninguna revisión del documento urbanístico". "El que hay es un modelo caduco y hay que esperar a que se marquen las pautas con la nueva legislación. El Plan General de Ordenación Urbana de 2006 es una traslación del de 1986 en contenidos y no ha funcionado por inviable, porque no había interés por parte de los agentes urbanizadores o porque el mercado no respondió", subrayó. En conclusión, aconseja al gobierno local continuar con el plan actual "y en tanto y cuanto no llega la nueva ley de suelo habrá que hacer ajustes parciales: por ejemplo, si hay un sector subdividirlo para darle viabilidad y salida".

El gobierno avilesino avanzó días atrás su intención de analizar posibles cambios en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para impulsar el desarrollo de vivienda en el municipio. El plan aprobado en el año 2006 preveía un crecimiento residencial de unas 15.000 viviendas, con capacidad para albergar a más de 45.000 nuevos habitantes. Pero los convenios urbanísticos que se cocinaron en aquellos tiempos quedaron congelados por la crisis del ladrillo y desde entonces no se movió ficha para adaptar aquellos planes a la nueva realidad. Solo hubo algunos movimientos.

Los posibles cambios en el suelo urbanizable no solo están relacionados con una actualización de la oferta y demanda de vivienda o del nuevo contexto económico, como explicó días atrás el concejal socialista de Desarrollo Urbano, Manuel Campa. También toca añadir los criterios de sostenibilidad que contempla para la vivienda y el desarrollo urbano sostenible la Agenda 2030. El Ayuntamiento contratará el estudio (está presupuestado en unos 18.000 euros) a personal especializado dada la carga de trabajo del personal de los servicios técnicos municipales. El Plan General de 2006 de Avilés fue obra de Eduardo Leira (Madrid, 1944), arquitecto y urbanista casado con Manuela Carmena, que fue alcaldesa de Madrid.

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