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Un año después del traspaso de Alcoa "el fraude se ha consumado", dice la plantilla

El Principado y los ayuntamientos de Avilés y de Gozón mantienen su desconfianza en Riesgo: "Necesitamos un proyecto de futuro"

Instalaciones de Alu Ibérica en San Balandrán. MARA VILLAMUZA

Hace un año el fondo Parter Capital Group puso encima de la mesa el aval de 30 millones de dólares que la multinacional Alcoa le había reclamado el mes anterior y los socios de Rüdiger Terhost (que ahora están haciendo parabrisas en Llodio, en Álava) se hicieron con el traspaso de las dos fábricas de aluminio primario que los norteamericanos habían adquirido cuando el Estado decidió vender las joyas públicas a mediados de los pasados años noventa. "Un año después el fraude se ha consumado: un fraude a los trabajadores y también a la sociedad que se volcó porque continúe la producción de aluminio primario en España", denunció ayer José Manuel Gómez de la Uz, el presidente del comité de empresa de Alu Ibérica en Avilés.

La plantilla entiende que Alcoa engañó a todos: al Gobierno de España, que sirvió de mediador en la operación de traspaso, y sobre todo, a ellos mismos. "Nos dijeron que Parter era una empresa con intenciones industriales y este año nos ha servido para comprobar que nunca quisieron producir aluminio, que sólo eran el socio liquidador de Alcoa", añadió De la Uz. En septiembre del año pasado, Parter comenzó a buscar a quien vender lo que acababan de adquirir -con esos 30 millones de dólares de aval incluidos-. Lo consiguieron. Y en abril, en plena pandemia, se presentó David Domenech en una reunión por videoconferencia a sus nuevos trabajadores. Aseguró que Grupo Industrial Riesgo -su entidad comercial- había adquirido casi tres partes de la aluminera Alu Ibérica a Terhost y a sus socios. Esta llegada no contó con el "plácet" de ninguna administración pública. Y eso no ha cambiado.

Enrique Fernández, el Consejero de Industria, señaló ayer a este periódico: "No hay confianza en el nuevo propietario. Cualquier vía alternativa a esta propiedad -en la que no confiamos- que garantice la viabilidad de la producción de aluminio primario en Avilés nos sirve", señaló.

Por su parte, Mariví Monteserín, que es la alcaldesa de Avilés, declaró a este respecto: "Todavía no sabemos si los que están ahora en la empresa tienen un proyecto viable o no. Hay algunas dudas que nos quedan sin aclarar en este sentido. Lo único que se ha conseguido es que la plantilla se mantenga, pero el futuro no está despejado. Hasta que esto no esté despejado, no vamos a hacer ningún balance positivo. Necesitamos, como siempre hemos dicho, alguna actuación del Gobierno de España en materia energética, pero también necesitamos que la empresa tenga un proyecto de futuro como requiere el sector en el que está", aseguró la regidora.

Jorge Suárez, el alcalde de Gozón -municipio en donde está radicada la mayor parte de la planta alumimera-, tampoco se mostró optimista: "Mantienen los puestos de trabajo, pero el horizonte se acerca. Llevamos un año desde el acuerdo y nos queda otro nada más. Las series electrolíticas siguen apagadas, el proyecto de Riesgo no es fiable. El año pasado decíamos que la crisis en la comarca sólo estaba en el aluminio, pero ahora la cosa es peor aún como consecuencia del covid-19", señaló.

La empresa Alu Ibérica, controlada por David Domenech, llegó a Avilés con una declaración de intenciones: "Venimos para quedarnos, mantendremos los puestos de trabajo y vamos a impulsar el negocio para convertirlo en la referencia industrial del aluminio en el sur de Europa. Es lo que siempre quisimos hacer y por fin vamos a hacerlo". Y es que Riesgo se había presentado al "cásting" que Alcoa había montado para traspasar sus fábricas. Fue rechazado en su momento, según fuentes cercanas a la negociación del acuerdo final, porque la garantía dineraria que había pedido a Alcoa excedía lo que la propia Alcoa estaba dispuesta a pagar a la empresa que se quedase las plantas.

Esto, la parte que Alcoa había acordado entregar a su sucesor, fue objeto de crisis durante esta pasada primavera. Alcoa congeló su partida porque consideró, en un principio, que la reventa del traspaso (de Parter a Riesgo) no seguía lo acordado en el convenio de julio de 2019. Pero esta idea cambió un mes después: Riesgo había asumido los compromisos de Parter (que sigue participando en las fábricas con tres cuartas partes menos de responsabilidad que hace un año, pero ahí sigue).

Los trabajadores, mientras tanto, han presentado varias denuncias ante Inspección de Trabajo: por el retraso en el pago de una nómina (algo que no había ocurrido nunca), pero también por cambiar las tareas de los productores de aluminio primario (de sacar tochos y lingotes, a pintar las vallas de las instalaciones). Además, se han producido cambios en los calendarios de pagos de Alu Ibérica a sus proveedores. Todo esto terminó el viernes con la presentación de una denuncia de todas las federaciones estatales representadas en los comités de empresa para reclamar a Alcoa, Parter y Riesgo que reactiven el acuerdo de hace un año o indemnicen a los trabajadores sujetos al acuerdo.

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