Francisco Rodríguez (Trascastro, Cangas del Narcea, 1937) dirigió ayer el seminario "El sector agropecuario ante los nuevos horizontes", el quinto de los cursos programados este verano en el chalé de La Granda. Pero esto no es lo importante: Rodríguez es el fundador y el presidente de la empresa Industrias Lácteas de Asturias (Ilas), la de la marca Reny Picot. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA un minuto después del inicio del descanso de la jornada de trabajo en la que Rodríguez no ha dejado de alabar el compromiso de Central Lechera Asturiana (Clas), con los ganaderos.
- Me ha sorprendido esa concordia que ha mostrado con Clas.
-(Risas). Competir no es andar a golpes. Competir es otra cosa.
- Le escucho.
-Nosotros lo que tenemos que hacer es un ejercicio de responsabilidad porque detrás de nosotros están los ganaderos. Y con ellos no se puede jugar. Hay que salvaguardar la rentabilidad del sector porque si no se salvaguarda eso serán los ganaderos los que terminarán pagando las consecuencias, que serán muy graves.
- Ha aplaudido el sistema de protección de Clas hacia sus ganaderos.
-La Central Lechera Asturiana es un factor de estabilidad del sector, sin duda ninguna, porque permite que los políticos anden un poco más derechos de lo que suelen andar habitualmente y porque ellos, la Central Lechera, sí que representan de verdad el campo asturiano.
- ¿Y Reny Picot qué dice sobre esto?
-Pues lo único que puede decir: que respeta a Clas por esto. Somos una industria que no somos cooperativa. Lo que quiere Reny Picot es entenderse bien con la Central Lechera Asturiana.
- ¿El despoblamiento del campo en qué medida afecta a su negocio?
-Son muchos los factores que afectan al desarrollo del negocio lácteo: no es uno, ni dos. En todo caso, el despoblamiento no es favorable por la sencilla razón de que nosotros tenemos un déficit de producción de un 30 por ciento.
- ¿Qué significa eso?
-Verá, a lo largo de estos últimos treinta años hemos producido un tercio menos de la leche que nos reclamaban. Estamos hablando de un déficit de producción con respecto al consumo en favor de nuestros colegas comunitarios. Y esto de lo que estamos hablando ha durado hasta hoy mismo. Entonces, esto no propicia una política brillante agraria.
- ¿Y qué se puede hacer entonces?
-Pues tenemos que modificarlo. Y eso se tiene que hacer desde el entendimiento. No del desentendimiento.
- ¿Cómo son sus relaciones con la Gobierno regional?
-Con el Gobierno de Asturias nunca hemos tenido problema, esa es la verdad. Los de verdad los tenemos con los de otros países.
- Las cuotas lácteas, está claro, fueron una mala idea.
-El resultado es que tuvimos un arranque malo, pero ha durado treinta años y eso se tiene que terminar.
- ¿Cómo?
-Hay que resolver este asunto y esto se hace sencillamente produciendo más. Sin duda. Tenemos que producir ese 30 por ciento que hemos perdido. Y, luego, todo lo que sea necesario.
- ¿Para venderlo aquí o para venderlo fuera?
-Para estar en condiciones de satisfacer el cien por cien de nuestro consumo.
- ¿Del español?
-Eso es.
- ¿Y la Unión Europea?
-La Unión Europea no va a sufrir nada con esto de lo que hablamos. Que España produzca un 30 por ciento más de leche de la que produce no afecta en nada al resto de los estados miembros. Esto de lo que estoy hablando es una pequeñez.
- El incremento de la producción de leche, ¿se tiene que traducir en los quesos?
-Hay una presencia masiva de productos lácteos comunitarios en el mercado español y nosotros, encima, producimos menos de lo que la demanda exige. No tiene sentido. Estamos ante una situación anómala que hemos de revertir por nuestro propio bien.
