El luanquín Nico Braña iba vestido de enfermera y el avilesino Rubén Trijueque, de rockero, mientras la pequeña Natalia Jiménez se hacía pasar por un unicornio. Eran de los pocos disfrazados en un Carnaval de verano atípico en Luanco, que no llegó a celebrarse. "Entiendo que lo cancelen, pero mientras respete las medidas de seguridad, ¿qué más da que vaya disfrazado? Bastante triste está siendo el año", argumenta Braña. Los tres eran la excepción en un pueblo resignado a no celebrar una de sus fiestas estivales más carismáticas y multitudinarias. La villa prefirió plantarle cara a la expansión de los contagios por coronavirus antes que lucir vistosos colores y llenar las calles de alegría. "Siempre vinimos al Carnaval, pero veo normal que lo suspendan; así se evitan aglomeraciones. Es una decisión responsable", argumenta Marta Rufas, veraneante en Luanco desde hace muchos años.

Del ambiente nocturno de otros 14 de agosto con alguna que otra carroza decorada hasta el mínimo detalle, se pasó a una jornada tranquila en la que, en términos generales, lo que en otra circunstancia sería lo más parecido a un disfraz eran las mascarillas, un elemento indispensable. "Es más importante la salud que una fiesta", opinaban Paula González y Hugo Méndez, habituales en los Carnavales de pasadas ediciones.

La campaña de la asociación de hostelería de Asturias, Otea, y del Ayuntamiento logró su objetivo: la suspensión del Carnaval. A última hora de la tarde, no había indicios de botellón ni avalanchas de jóvenes cargados con bolsas llenas de bebida como otros años. "Luanco está tranquilo", señalaron desde la Policía Local al cierre de esta edición. La situación estaba controlada. La Guardia Civil, Policía y efectivos de Protección Civil patrullaron las calles para evitar concentraciones de gente.

"Si fuéramos responsables, se habría podido organizar el Carnaval", apuntó Margarita García a modo de balance de la 'no fiesta'. "Lo cancelaron por la imagen que se dio en piraguas en Ribadesella; no quieren que pasé aquí", resumía Víctor Rodríguez.