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HOLM-DETLEV KÖHLER | CATEDRÁTICO DE SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO

"La transición ecológica va a destruir empleos, pero va a crear otros nuevos"

"Todavía no me puedo imaginar que a Arcelor la compre un fondo de capital, pero el peso de estas entidades sigue creciendo y es un peligro"

El profesor Holm-Detlev Köhler, ayer, en La Granda. RICARDO SOLÍS

El catedrático de Sociología del Trabajo de la Universidad de Oviedo, el alemán Holm-Detlev Köelher, atiende a LA NUEVA ESPAÑA en un receso de la jornada "Enfoques sobre el sector industrial" que se desarrolló en la residencia de La Granda, sede de los cursos que preside el profesor Juan Velarde desde hace cuarenta y dos años.

- Echa de menos el compromiso de las multinacionales con Asturias, pero no lo tienen con ningún territorio, ¿no?

-No, no. Cada vez menos. Las multinacionales, en general, siguen una tendencia de desarraigo tanto de los territorios en los que están como de sus propios orígenes. Una multinacional norteamericana también pierde su vínculo con Norteamérica. No existe una relación directa entre un territorio y las empresas multinacionales, se emancipan para evitar impuestos y esto de lo que hablábamos antes: de las normativas medioambientales. Se mueven sólo con criterios de ganar dinero. Cada vez más.

- ¿Y esto se agrava con la llegada de los fondos de capital?

-Lamentablemente, vamos en esa dirección. Todavía hay multinacionales con cierta estrategia empresarial de verdad: inversiones en actividad económica o incluso en capital humano. Lo que sucede es que las políticas neoliberales han permitido la entrada masiva de fondos de inversiones en nuestras economías.

- La industria asturiana se ha centrado en la materia prima y no en la transformación. Eso, ¿ha cortado las alas del progreso?

-Sí. El perfil económico asturiano es problemático desde hace ni sabe, se basa en la desvinculación entre acero y carbón. En el origen de la industrialización estos dos sectores, digamos, estaban muy apegados. Sin embargo, en Asturias se separaron porque el carbón asturiano carece de calidad. Esto ha causado que el Principado se haya mantenido en un perfil poco diversificado, es decir, muy de materias básicas.

- ¿Y nadie vio esto?

-Aquí entra otro factor: antes de la llegada de las multinacionales, la economía asturiana estuvo en manos del INI y el INI nunca tuvo una orientación de competitividad. Nunca. Lo que hizo el INI fue gestionar plantas defectuosamente sólo para que prestaran un servicio.

- Riesgo es la polémica dueña de la antigua Alcoa. ¿Sus modos empresariales se pueden expandir?

-Me temo que sí. En el caso de Arcelor-Mittal todavía es muy difícil imaginarlo porque el suyo es un sector particular, dominado por unas grandes empresas multinacionales. Así que todavía no me puedo imaginar que Arcelor lo compre un fondo al estilo de Riesgo, pero el peso de esas entidades crece y es un peligro.

- ¿En qué sentido?

-No veo que haya una tendencia para frenarlo: no hay gobiernos, no hay estrategia a nivel europeo. Un Estado, por sí sólo, no tiene capacidad...

- Entonces, del Gobierno regional ni hablamos.

-El Gobierno regional tiene un poder muy, muy limitado en este sentido. Si un fondo viene a adquirir una planta, el Gobierno regional se puede coordinar, al menos, con el ministerio nacional correspondiente. El contacto entre las dos administraciones tiene que ser fluido porque las situaciones pasan constantemente y hay que saber reaccionar. "Quieres adquirir esta planta así que vamos a negociar: tú vas a recibir ayudas"... No existe ninguna empresa que viva sin subvenciones públicas. "Te las vamos a dar, a cambio de tu compromiso de la actividad por tantos años"...

- ¿La transición ecológica es negocio?

-Evidentemente. La transición ecológica es una dimensión de la economía que nos va a acompañar, que va a destruir unos empleos y va a crear otros. La transición ecológica sí que es un negocio a medio y largo plazo. El sector energético va a ser otro distinto al que conocemos en veinte años, pero es negocio gracias a la intervención pública porque, de momento, las renovables no son para nada competitivas. Los megavatios renovables son más caros que los combustibles.

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