La playa de Los Quebrantos es la única playa de la comarca avilesina que cuentan con servicio de socorrismo prestado por Cruz Roja. Esta entidad estrenó su aplicación telefónica "Punto Rojo" en 2017, aunque este verano está dándole un nuevo uso: concienciar a la población de la necesidad de respetar las medidas de seguridad frente al coronavirus. Los socorristas no solo se dedican a sus quehaceres habituales: rescates, accidentes, vigilancia... Este verano también conciencian a los visitantes en materia de coronavirus porque las mascarillas, dicen, "deberían ser un elemento más en la bolsa de la playa".
Álvaro Aristegui es el coordinador de salvamento de Los Quebrantos, quien dirige al equipo de doce socorristas que durante este verano se dedica a labores de prevención en el arenal, aunque, según admite, no pueden obligar a nadie a ponerse la mascarilla. "No hay una legislación clara. Nosotros solo podemos recomendar su uso durante los paseos que damos por el arenal. Cuando los bañistas están en las toallas hay suficiente distancia de separación, pero sí es cierto que la gente usa menos la mascarilla cuando anda por el arenal", explica Aristegui. Y eso pese a que quienes llegan a la playa de Los Quebrantos tienen a su disposición, en el acceso, códigos QR que facilitan información preventiva en materia de covid.
El equipo de socorristas se dedica a sensibilizar a los visitantes de Los Quebrantos, avisa de los peligros que comporta no respetar las normas de seguridad y vigila que estas se cumplan, un trabajo que finalizará el 31 de agosto. Posteriormente, la playa de Los Quebrantos no contará con servicio de salvamento. Aristegui explica que esto no deja de entrañar un peligro, pues este verano la temporada parece que se va alargar, los campamentos de surf siguen con su actividad y todos los años suceden cosas durante el mes de septiembre.
En cuanto a la reacción de la gente a los comentarios sobre aspectos relacionados con la prevención anticovid, los socorristas de Los Quebrantos señalan que es "buena", aunque más allá de recomendar y concienciar no pueden hacer. Dentro de su ámbito de control, en la garita, mantienen un protocolo muy estricto. "Nunca hay más de tres personas dentro. El material es individual, cada uno tiene el suyo. Tenemos prendas de protección, mascarillas e higienizadores, e intentamos que las parejas de socorristas sean siempre las mismas para evitar el contacto. Lo estamos haciendo bien porque, por ahora, no hemos tenido ningún problema", celebra Aristegui.
La playa de Los Quebrantos tiene unos 800 metros de longitud; su gran tamaño facilita que las personas puedan mantener la distancia. Sin embargo, durante los paseos por la arena la mascarilla sí es obligatoria; aunque, hecha la ley, hecha la trampa. Como explica Manuel Álvarez, otro socorrista de los Quebrantos, "es muy difícil distinguir entre quién está paseando y quién se dirige a la zona de baño. Si te vas a bañar no vas a entrar al agua con mascarilla...", aunque, en general, tanto los socorristas como el coordinador coinciden en que se cumplen las medidas de protección.
Aristegui valora la labor de la Policía Local. "Cuando tenemos algún problema, como que alguien no se quiera poner la mascarilla para entrar al aseo, los agentes llegan rápidamente y avisan a esa persona del riesgo de multa que ijmplica su actitud. La gente se vuelve más sensata ante el peligro de sanciones", apunta Aristegui.
Los baños públicos de la playa son limpiados después de cada uso; dos miembros del servicio de limpieza se encargan de desinfectar los lavabos, puertas y superficies cada vez que alguien sale, y controlan el aforo dentro del baño.
Sobre este verano, los socorristas dicen que han tenido "una temporada complicada, pero nos hemos sabido adaptar a las circunstancias. El equipo es muy profesional y está equilibrado, eso es importante", Aristegui agradece la labor de todos los socorristas y los equipos de limpieza.
