Los 55 barcos de la flota asturiana que participaron en la costera del bonito de este año capturaron en conjunto 986.716 kilos, cantidad que duplica con creces la que cosecharon hace tres años; los 426.142 kilos que pescaron en 2017.

La pesquería se cerró en la medianoche del pasado miércoles, al alcanzarse el cupo fijado para España. La campaña ha sido más corta este año, pero también mucho más rentable que en 2017, que se extendió hasta el mes de octubre. El motivo es el mismo en ambos casos: Los cardúmenes se adentraron más en la costa este año que en 2017, permitiendo a la flota hacer más capturas en menos tiempo, a la vez que reducir sus gastos operativos durante la presencia del bonito en el Cantábrico y el Golfo de Vizcaya, hasta que se desplazó hasta el suroeste de Irlanda, a principios de agosto. El sector reclama un aumento de cuota para España, que se negociará este año a nivel internacional.

Los 986.176 kilos de bonito capturados este año por la flota asturiana reportó unos ingresos en lonja de 3.937.000 euros, un 11% más que en la costera del año pasado, un ejercicio también bueno con 913.889 kilos y unos ingresos de 3,55 millones de euros, según explicó ayer el director general de pesca marítima del Principado, Francisco González.

González indicó que el buen resultado de la campaña para la flota asturiana despejó los temores que al inicio de la costera había en el sector respecto a que la pandemia del coronavirus provocara un hundimiento de los precios. No fue así, sino que los precios medios se mantuvieron igual que el año pasado y en algunas lonjas fueron incluso unos céntimos superiores.

Si para la flota pesquera asturiana la costera de este año fue la más rentable de los últimos años, para las lonjas no ocurrió lo mismo. El motivo es que el bonito abandonó muy pronto, a principios de agosto, las aguas más próximas a Asturias, desplazándose hacia el golfo de Vizcaya y luego hacia el suroeste de Irlanda. En las lonjas de Avilés y Gijón se descargaron este año 1.988.537 kilos de bonito, con un precio medio de 3,99 euros, lo que supone que la primera venta se cerró con un total de 7,93 millones de euros. El año pasado se descargaron en ambas lonjas 2.298.598 kilos de túnidos, con un precio medio de 3,92 euros.

La última venta de bonito se produjo el lunes en la lonja de Avilés. Ninguno de los barcos que navegaban desde el caladero irlandés, desde que se cerró la pesquería en la medianoche del miércoles, optó por vender en la lonja gijonesa.