El pasado 20 de febrero la cúpula del Centro Cultural Oscar Niemeyer inauguró la muestra "Grabados de Picasso", que se despidió este pasado fin de semana con 9.089 visitantes, bastantes menos que "Pedro Masaveu. Pasión por Sorolla", que se empezó a recoger el día de Reyes del año pasado: disfrutaron de ella, según fuentes del complejo cultural, 56.279 visitantes. Las obras del pintor expresionista interesaron a cuatro veces más personas que los grabados del artista malagueño.
Son dos las circunstancias que explican la distancia entre el número de interesados por la obra de Sorolla y los que han preferido los trabajos grabados del autor de "Las señoritas de Aviñón". La principal, la pandemia. Los responsables del Niemeyer abrieron las puertas de la cúpula el 20 de febrero pasado con la previsión de cerrarlas definitivamente el 31 de mayo. No pudo ser: los sucesivos estados de alarma mandaron al traste los planes: el Niemeyer cerró el pasado 12 de marzo y no reabrió hasta el 3 de junio. Para entonces, la dirección del complejo cultural había negociado con los propietarios de la colección de grabados (la fundación Mapfre) la ampliación del período expositivo (hasta el día 30 de agosto). La otra explicación está en la propia naturaleza de las obra colgada: en el caso del tesoro de Pedro Masaveu se trató de más de un centenar de obras del expresionista más popular de la historia española. Mientras, lo que se reunió bajo el epígrafe de "Grabados eternos" fueron eso, grabados: una de las pocas series completas que existen en el mundo de "Suite Vollard". A esta serie, compuesta por un centenar de obras, se sumaron los doce grabados de "El entierro del Conde de Orgaz", los nueve de "Les Cavaliers d'Ombre" y cuatro grabados más: "Retrato de Dora Maar" (1939), "Mujer en el sillón" (1947), "Cabeza de chica. Françoise" (1974) y "Jaqueline pañuelo negro vestido rojo" (1958). La exposición se completó con varios carnés del artista y libros de bibliófilo.
Según el Centro Niemeyer, fueron 10.874 personas las que pasaron por la muestra "Julio Verne. Los límites de la imaginación", entre noviembre de 2016 y junio de 2017, en la misma cúpula que acogió a Sorolla y a Picasso. La muestra sobre la influencia del escritor francés era una producción de la fundación Telefónica que en Madrid había alcanzado los 220.000 personas.
La muestra de Juan Genovés y de sus hijos Pablo, Silvia y Ana -la primera conjunta de toda la familia- llenó la cúpula del Niemeyer de cuadros, "performances", fotografías y vídeocreaciones. Esta muestra estuvo acompañada por la instauración en la plaza del Niemeyer de la escultura "Transbase", la segunda de Genovés en público. Finalmente, fueron casi 11.000 las personas que disfrutaron de ella.
