El malestar que ha generado en los centros de trabajo de Saint-Gobain, entre ellos el de Avilés, la decisión de la multinacional de clausurar el horno de vidrio de la fábrica de Arbós (Tarragona) y despedir a un centenar de trabajadores aumenta cada día que pasa y actitudes de la compañía como la de negar la comparecencia de la jefa de recursos humanos que habían solicitado los sindicatos representado en el comité intercentros no ayudan a calmar los ánimos.
El órgano sindical intercentros solicitó ayer una reunión con el director de Saint-Gobain, Javier Fernández, y con la directora de recursos humanos para la península Ibérica y el norte de África, Adela Ureta. La comparecencia de la segunda fue negada, sostienen los sindicatos. "Tras las explicaciones dadas por la representación de la compañía, queda mucho más clara la mala gestión y su mala fe. Nuestras dudas sobre el compromiso industrial de Saint-Gobain son ahora mayores", aseguró una fuente sindical.
