Más de 3.000 mayores de 70 años viven solos en Avilés. Algunos reciben atención gracias a un programa municipal que se estrenó hace ya una década; otros permanecen ajenos a la red de ayudas. La vulnerabilidad de estas personas se ha agudizado en los últimos meses. Los ancianos han sufrido un doble golpe: el impacto más duro del coronavirus y la soledad. El ejemplo más reciente es el de un matrimonio de La Luz: ella, de avanzada edad, fue hallada muerta junto a su esposo enfermo, que la abrazaba. La pareja no estaba abandonada, como así concluye el informe policial. La realidad es que su cuidadora, su hija, estaba en aislamiento por covid-19, igual que su yerno. Los expertos recomiendan a modo de antídoto que se mantenga el respaldo emocional a los ancianos aun en tiempos de coronavirus.
"Durante el confinamiento, los ancianos en sus casas, residencias y hospitales han acusado de forma dramática el aislamiento social. Alejarse de posibles contactos del virus no tiene que suponer perder los imprescindibles apoyos emocionales que los ancianos necesitan, al contrario", apunta el geriatra José Menéndez Guerra, exdirector del Hospital de Avilés de la calle Cabruñana, centro especializado en el cuidado de ancianos. De la misma opinión es la psicóloga Marisol Delgado: "Lo que resulta más tremendo es que para protegerse estas personas mayores tienen que aislarse, cuando lo que mejor les vendría para paliar la soledad y el miedo serían los abrazos, las atenciones y el cariño. Por eso es imprescindible que no dejen de percibir cuidados emocionales, con una comunicación más positiva y afectiva".
El nuevo coronavirus se ha cebado con los ancianos, a juicio del doctor Guerra. "Han enfermado más, lo han hecho con mayor gravedad y ha muerto un porcentaje muchísimo más alto que en menores edades. Por ello es fundamental preservar al anciano de posibles contactos: ellos y quienes se comprometan con ellos en su cuidado deben extremar las precauciones para aislarse", reconoce el especialista, que apunta: "El deterioro funcional ha hecho estragos. Hay ancianos que han enfermado del covid-19, pero también hay otros que, no habiendo enfermado, se han quedado en sus casas o residencias sin apenas realizar actividad física. Ello ha hecho que muchos ancianos frágiles hayan caído en la incapacidad y la dependencia como dramáticas consecuencias de la pandemia". De ahí que, a juicio del doctor Guerra, que el covid haya dejado lecciones para aplicar ya ahora. "Deben aislarse de contactos, disponer de cuidadores comprometidos, fomentar las relaciones sociales y el ejercicio físico. Estas son atenciones imprescindibles".
La psicóloga Marisol Delgado va un poco más allá: "Es cierto que cuando hablamos de personas mayores no hablamos de un grupo homogéneo, las circunstancias no son las mismas en función de si viven en casa o están ingresados en un centro, o de si llevan una vida autónoma y autosuficiente, o se encuentran en situación de dependencia. Pero, en cualquier caso, se deben convertir las visitas en momentos cálidos y estimulantes y se debe aprovechar que muchas de las personas mayores utilizan con soltura las nuevas tecnologías para seguir haciéndoles sentir parte importante de la vida".
Más consejos en los que abundan los psicólogos: hay que buscar momentos para hacerles compañía en sus necesarios paseos, y aprovechar también el buen tiempo para comer al aire libre o jugar alguna partida, aunque sea con distancia y mascarilla. "Es fundamental que no se sientan como muebles viejos", señala la especialista Marisol Delgado, quien concluye: "Si la soledad ya era para la gente mayor un problema de salud importante, en estos tiempos de pandemia ha adquirido rango de verdadera epidemia. Mantener esos cuidados emocionales puede suponer la mejor medicina que se les puede proporcionar a los ancianos".
