Autores jóvenes y veteranos compartieron ayer impresiones en Jornadas del Cómic "Villa de Avilés", que celebran sus bodas de plata en medio de la pandemia. "El mercado está muy mal, hay muchos dibujantes que no trabajan y los grandes que se han quedado en España tienen apuros. Carlos Giménez puede sobrevivir de sus historias, pero trabajando muchísimo. No cobra como corresponde a su categoría", expuso el veterano Adolfo Usero, historietista adscrito al Grupo de La Floresta. "Trabajo muchísimo pero no me quejo en absoluto porque me encanta lo que hago. No solo hago tebeo, sino también mucha ilustración y cualquier cosa que se pueda narrar gráficamente. Sobre las nuevas generaciones, creo que el mundo de las redes sociales ha fomentado muchísimo el lado narcisista de la población. Tengo la sensación de que se preocupan más por lo que piensa el público de ellos que en plantearse una carrera profesional. Yo vivo de dibujar desde hace 25 años", apuntó el historietista Pablo Velarde, que en su última obra, "Epílogo", deja de lado el humor que caracteriza su obra.
Velarde no hizo más que dibujar durante el confinamiento ("Tuve dos horas de asueto para ver una película, estuve trabajando unas catorce horas seguidas a diario") y su serie para "El Jueves", de marcado carácter atemporal, pasó a estar inspirada en buen número de ocasiones por la pandemia y la actualidad en torno a ella.
El encierro permitió al autor y diseñador gráfico José Pablo García rematar "El 2 de mayo", el cómic sobre el tercero de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós que le encargó el Ayuntamiento de Madrid para conmemorar el centenario del fallecimiento del escritor español, que se lanzará a lo largo de este mes (su presentación estaba prevista para el pasado abril). García ya pasó a la viñeta los ensayos sobre la Guerra Civil de Paul Preston o "Soldados de Salamina", de Javier Cercas. "He llegado al cómic histórico accidentalmente", señaló el autor.
