Tres mariscadores furtivos que fueron sorprendidos en plena faena el 12 de mayo de 2016 por agentes de Inspección y Vigilancia Pesquera de la Dirección General de Pesca Marítima del Principado y a los que interceptaron 22,3 kilos de percebes aceptaron ayer como pena el pago de una multa de 480 euros (cuatro meses a razón de cuatro euros diarios) y la inhabilitación para actividades pesqueras durante un año por la comisión de un delito contra la flora y fauna.

La Fiscalía del Principado de Asturias solicitó inicialmente una condena más dura para los tres acusados de extraer percebe de forma ilegal en la costa de Cudillero: siete meses de multa, con una cuota diaria de doce euros (lo que haría un total de 2.520 euros) e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar, pescar o realizar actividades de marisqueo durante un tiempo a determinar por el juez, más el pago de las costas procesales. No obstante, las partes negociaron ayer antes de empezar la vista oral y se llegó a un acuerdo de conformidad más leve. Dos de los acusados, vecinos de Cantabria, se hallan presos por delitos diferentes al que ayer iba a ser juzgado.

El ministerio fiscal sostiene que los acusados, de común acuerdo, sin tener autorización o licencia para la realización de actividades de marisqueo y sin pertenecer tampoco a la cofradía de pescadores de la zona, acudieron a Cudillero con la finalidad de extraer percebes. Así, mientras uno realizaba labores de vigilancia, los otros dos acusados sacaban los percebes. La captura fue realizada en una zona restringida para la pesca del percebe, pues pertenece al plan de explotación del percebe de Oviñana, cuya gestión corresponde a la cofradía de pescadores y donde el número máximo de mariscadores autorizados es de 55. La piedra en la que los acusados realizaron la extracción se encuentra en una zona de veda parcial que solo se puede explotar una vez al año.