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La vida tras la valla, en pantalla grande

Trueba se inspira en el drama de ser inmigrante en Melilla en su última cinta y anima a "seguir disfrutando del cine"

David Trueba, a la derecha, junto a Gustavo Sánchez, al inicio de la proyección en los Odeón. R. SOLÍS

Ficción y realidad afrontan, en ocasiones, una unión complicada. Hablar de los grandes temas e injusticias de la humanidad a través de la ficción cinematográfica no siempre logra su objetivo pero David Trueba ha logrado con "A este lado del mundo" mostrar la realidad de la inmigración sin caer en maniqueismos ni tópicos.

Ayer lo mostró por vez primera al público asturiano en el estreno de la cinta en los multicines Odeón del centro comercial de Trasona. Trueba estrenaba también un formato que hacía meses no se veía en una sala de cine: el coloquio con el público. Fue a escala reducida, pero también a su manera logró romper la frialdad de la sala y del espectador que acude entre un grupo de desconocidos a disfrutar de un episodio de ficción.

El cineasta madrileño que, en conversación con LA NUEVA ESPAÑA, celebraba el retorno del público a las salas en una especie de "misa social" porque "hay que tratar de seguir disfrutando de las sensaciones que produce".

En "A este lado del mundo" Trueba vuelve a a apostar en el papel protagonista por Vito Sanz (Alberto), como ya hizo en "Casi 40", para acompañar al espectador hasta la trágica cotidianidad de Melilla. Alberto es un ingeniero soso e indolente que debe renovar, bajo cuerda, ese sistema de vallas que no solo separa un pedacito de tierra de otro, una ciudad de un país, sino dos universos en eterna colisión: los que quieren entrar y los que se lo impiden. En esas historias en las que resulta fácil trazar una raya y poner a los malos a un lado y a los buenos, al otro, es donde David Trueba logra salir indemne de la encrucijada.

La de ayer era la segunda cita del cineasta madrileño en la comarca avilesina, tras el exitoso acto del pasado enero en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés para hablar de su película documental "Si me borrara el tiempo lo que yo canto", un filme centrado en el músico Chicho Sánchez Ferlosio y en su disco "Canciones de la resistencia española".

"Con la crisis sanitaria", relata Trueba, "tocamos fondo" en el asunto de la inmigración. En la película trata de romper con ese "acercamiento deshumanizado" al tema "porque estamos hablando de seres humanos y todos podemos sentirnos aislados y desprotegidos de lo que podría considerarse como el lado bueno", concluye en la reflexión sobre su último trabajo.

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