La decadencia de la fábrica de aluminio de San Balandrán, primero en manos de Alcoa, luego en las del fondo suizo Parter y ahora propiedad en sus tres cuartas partes de Grupo Riesgo se agrava con cada nuevo gestor. La producción mensual media está ahora mismo en mínimos históricos, lo cual acentúa la preocupación de la plantilla por el futuro de la fábrica, pendiente de que se concrete un plan industrial del que hasta el momento solo se conocen buenas intenciones y sometida a una tensión laboral cuyo último exponente es el anuncio de la toma de medidas disciplinarias contra cuatro dirigentes sindicales.
Cuando la multinacional Alcoa entregó a Parter la fábrica a Parter (la venta se efectuó el 31 de julio de 2019), la producción mensual media era de 2.462 toneladas. Alcoa había apagado las cubas electrolíticas (los recipientes en los que se produce el aluminio) entre enero y febrero de 2019 debido a la falta de rentabilidad de las mismas por la carestía de la electricidad. Con las cubas (trabajando desde hacía años al 60 por ciento de su capacidad) la producción mensual media de aluminio era de 7.576 toneladas, de manera que Alcoa redujo un 67,5 por ciento la producción al renunciar al funcionamiento de las series electrolíticas.
El fondo de inversión Parter gestionó la factoría entre el 1 de agosto de 2019 y abril de 2010, mes en que entró en escena Grupo Riesgo mediante la compra a los helvéticos del 75 por ciento de las acciones de Alu Ibérica, el nombre actual de la empresa. Con Parter al mando la producción de aluminio cayó a una media mensual de 2.165 toneladas, un 12.06 por ciento por debajo de la que había heredado de Alcoa.
En todos los casos -última etapa de Alcoa, periodo de gestión de Parter y desembarco de Grupo Riesgo- la producción de aluminio se limita a la que se consigue en los hornos de refusión de chatarra. Se trata de un metal con peores especificaciones técnicas y químicas que el aluminio obtenido en cubas electrolíticas pero, a cambio, más barato de producir.
Ya con los directivos de Grupo Riesgo a los mandos operativos de la fábrica de San Balandrán (abril de 2020), la producción de metal ha pasado a ser de 1.858 toneladas mensuales. Nunca antes en la historia de la fábrica se había perdido el suelo de las 2.000 toneladas mensuales. Esta producción es un 14,18 por ciento más pequeña que la que logró Parter.
Los actuales gestores aseguran que gracias a su buen hacer la producción de la planta "casi se ha duplicado" desde su llegada, una declaración que tiene truco matemático. Efectivamente, la producción de aluminio en el mes de agosto (1.685 toneladas) casi duplica a la de abril (935 toneladas); pero el cálculo de las medias mensuales no deja lugar a equívocos: menos de 2.000 toneladas al mes, un 14,18 por ciento menos que en la etapa de Parter.
