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Palabra de furtivo: "De algo tengo que vivir, ¿qué quieren si solo sé pescar?"

"Si me dan licencia de marisqueo dejaré de ser un problema", afirma un cántabro reincidente en la extracción ilegal de percebe en Asturias

Un pescador en plena extracción de percebe. EFE

Se presenta con nombre y apellidos porque "no tengo nada que ocultar y en la costa asturiana me conoce sobradamente todo el mundo". Pero su filiación no se hará pública en este medio porque la actividad a la que se dedica el comunicante es ilícita -se gana la vida como pescador furtivo- y sus enemigos, numerosos. "Puedes poner que soy 'El Cántabro'", pacta con el periodista. Y sí, cántabro es, de Santander para más señas. Tiene 34 años, pareja y dos hijos que estos días empiezan al cole. Y declara ser furtivo a mucha honra: "De algo tengo que vivir", se justifica sin el menor asomo de pudor o remordimiento.

Diríase que "El Cántabro" está orgulloso de su trayectoria en el lado oscuro de la pesca: "Aprendí con el mejor maestro, un furtivo cántabro al que le acabaron dando la licencia de marisqueo para que dejara de ir en plan pirata. Él me enseñó mucho y yo aprendí bien. Llevo desde crío pescando, siempre he vivido de lo que capturo. Y modestia aparte, soy tan bueno como el mejor".

La relación de este hombre con Asturias es intensa. "En Cantabria no merece la pena ir a por percebes porque está todo arrasado y no valen nada. No compensa el riesgo". En Asturias, por lo visto, sí. "Solemos ir tres personas, me acompañan el barquero y un ayudante. Allí (por Asturias) sí merece la pena porque hay piedras con buenos percebes", explica. Ni siquiera la próxima puesta en marcha de un sistema de vigilancia de la costa con drones -la gran apuesta del Gobierno asturiano para acabar con el furtivismo- parece hacerle mella en el ánimo: "Eso no me preocupa, ya buscaremos la manera de despistarlos. Es la eterna cantinela del gato y el ratón".

Tan conocido es este hombre en medios pesqueros asturianos que los guardas de Medio Rural le tienen más que fichado y varias veces le han cogido con las manos en la masa. "Son gajes del oficio, alguna vez me pillan y la mayoría no. Eso sí, las multas que me ponen las pago religiosamente, aunque sea a plazos", asegura haciendo gala de una especie de "ética profesional".

Profesionales legales del marisqueo en Asturias vienen pidiendo, precisamente, un endurecimiento de las sanciones por furtivismo ya que, según sostienen, "son tan leves que merece la pena arriesgarse a que te cojan". A modo de botón de muestra, lo ocurrido hace unos días en el juzgado de Avilés: tres furtivos confesos se enfrentaban a penas de siete meses de multa a razón de 12 euros al día (lo que haría un total de 2.520 euros) y un acuerdo con la Fiscalía rebajó esa sanción a multas de cuatro meses a razón de cuatro euros diarios (480 euros por cabeza). Les habían cogido con 22 kilos de percebe en Oviñana. "Sale demasiado barato ser furtivo", critican los "legales"

No solo los guardas pesqueros conocen a "El Cántabro", los mariscadores asturianos también lo tienen en sus oraciones. "Sé que han llegado a subir fotos mías en grupos de Whatsapp y que vierten todo tipo de amenazas. Ando perseguido y soy persona 'non grata', lo sé. Lo único que espero es que no llegue la sangre al río, que aquí todos nos conocemos y trigo limpio, solo unos pocos", afirma el furtivo cántabro, quien sostiene que "el 60 por ciento de los que tienen licencia en Asturias sacan de las piedras más kilos de los permitidos, pero los malos de la película siempre somos los cántabros, como si ahí no hubiera furtivos también".

Este diario se hizo eco hace días de las quejas de mariscadores de Muros de Nalón por la presencia en la zona de "furtivos cántabros" extrayendo supuestamente percebes en zona vedada y, obviamente, sin permiso. "Quiero aclarar que éramos yo y mi gente. Sí, es verdad que estábamos allí, pero no al percebe, porque no estaba la mar en condiciones. Estábamos pescando lubinas y xargos, y para eso tenemos licencia", asegura "El Cántabro".

A juicio de este furtivo irredento, acabar con el problema del furtivismo es sencillo: "Que me den licencia, como hicieron con mi maestro, y problema resuelto. Pero la he pedido un montón de veces, tanto en Cantabria como en Asturias, y me la niegan. ¿Qué quieren que haga si solo sé pescar?" Al respecto invita a reflexionar sobre la lógica que algunas empresas informáticas han aplicado para combatir a los "hackers" que se infiltran en sus sistemas: "Los contratan, nada mejor que tener al enemigo de tu parte".

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