"No se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos". Los sindicatos de Alu Ibérica apelan al refranero español para responder a los mensajes que los gestores de la empresa emiten en un intento de convencer a los trabajadores y a la opinión pública de que van en serio, que hay plan industrial y que se están dando los pasos en la dirección correcta para mantener la actividad de la fábrica. Alu Ibérica anunció la semana pasada la inversión de 9,7 millones para adquirir tecnología y, anteayer mismo, comunicó la compra de un horno nuevo y la reparación de otro, de modo que, según sus cuentas, podrá aumentar la producción de aluminio reciclado un 25 por ciento. El comité de empresa minimiza esas medidas y niega rotundamente que con las mismas pueda aumentar la producción: "Para hace más toneladas de aluminio habría que acometer inversiones de más calado que la mera reparación de las máquinas; habría que arrancar de nuevo las cubas de electrolisis o ampliar el número de hornos de refusión en funcionamiento, actualmente cuatro". O sea, "romper más huevos", volviendo al refrán.
El símil con la tortilla se traduce, en el lenguaje sindical de Alu Ibérica, en que "si los gestores de la compañía no llevan a cabo inversiones de verdad, todo lo que hagan parecerán meras cortinas de humo". Por "inversiones de verdad", el presidente del comité de empresa, José Manuel Gómez de la Uz (CC OO), entiende usar "la partida de 40 millones (20 por planta) que Alcoa se comprometió a aportar para financiar las necesarias inversiones para recuperar la actividad de las factorías de Avilés y La Coruña".
Tanto Gómez de la Uz como Daniel Cuartas (UGT) y Ángel Marqués (USO) rechazan que la anunciada reparación de uno de los cuatro hornos en funcionamiento pueda ser vista como una inversión. "Hacer reparaciones para que la producción siga saliendo es lo mínimo, ni siquiera debiera ser noticiable", declaró Cuartas. "Hay cinco hornos parados de un total de nueve; si la empresa quiere aumentar la producción lo tiene muy fácil: que arranque más", añadió Marqués.
En cuanto a la adquisición de un horno de 650 kilos de capacidad -una inversión que se suma a la de otro de 200 kilos comprado anteriormente-, el presidente del comité explica que "se trata de hornos de muestras, unos recipientes para evaluar la calidad de la chatarra que se funde en la factoría para obtener aluminio; en ningún caso tienen una finalidad productiva".
Este sentir del comité de trabajadores de la planta avilesina es compartida por el de La Coruña, que en su caso acusa a la empresa de "mentir" y presentar como avances "medidas de mantenimiento que ya debería haber acometido en junio y cuya dejación puso a la planta en peligro de entrar en parada técnica".
