El deterioro del clima laboral en la fábrica de aluminio de San Balandrán va a peor cada día que pasa. Ayer mismo se produjo un nuevo episodio que da idea del enconamiento de posturas: la empresa no se presentó al acto de conciliación convocado en el servicio asturiano de mediación laboral (Sasec) para tratar de acercar posturas sobre los impagos habidos en materia de derechos sociales de los trabajadores de Alu Ibérica (actual nombre de la antigua Alcoa).
"Esta es la verdadera cara de los gestores de Alu Ibérica, los mismos que sacan comunicados dando a entender que quieren mejorar las relaciones con el comité y los trabajadores pero que en cuanto tienen ocasión desprecian y pisotean sus derechos", criticaron en medios sindicales tras comprobar con asombro que nadie acudió en nombre de Alu Ibérica a la cita en el Sasec y que el abogado de la empresa, cuando fue llamado para saber el motivo de la ausencia, "se excusó alegando que estaba en los juzgados con otro tema y que se le había olvidado la cita".
Lo que se iba a dirimir en el Sasec es la existencia de una deuda de Alu Ibérica con la plantilla por importe aproximado de diez mil euros -esa es la estimación sindical- generada por tres vías: el impago de las últimas mensualidades de las primas de riesgo y de ahorro correspondientes a las pólizas de vida contempladas en el convenio colectivo y la falta de ingreso en la caja social de la compañía de las cantidades detraídas en julio y agosto a los trabajadores que, voluntariamente, ceden el 0,25 por ciento de su salario para nutrir el fondo social con el que se financian, por ejemplo, viajes de recreo o el alquiler vacacional de apartamentos. "Es algo insólito: la empresa coge el dinero de las nóminas, pero no lo ingresa en la caja social como debería. Tal actitud podría enmarcarse en la categoría delictiva de aprobación indebida", opinan los dirigentes sindicales.
