La UGT de Asturias abordó ayer en Avilés la problemática de la crisis industrial latente en la región sin paños calientes y sin ahorrar gravedad al oscuro horizonte que se vislumbra. El secretario general de la federación de Industria, Jenaro Martínez Paramio, cuantificó en 40.000 empleos, entre directos e inducidos, los que corren peligro en la región por los cierres, deslocalizaciones o incertidumbres que amenazan con destruir el tejido industrial asturiano en un contexto de descarbonización de la economía y fuga de producción a países con mayor "tolerancia" en materia ambiental o social. Y Daniel Cuartas, ayer reelegido por unanimidad secretario comarcal de Industria y Construcción de la UGT, se sumó al tañer de campanas tocándolas a rebato: "Falta voluntad política y sobra postureo de las administraciones, necesitamos con urgencia el prometido estatuto de los consumidores intensivos de electricidad y exigimos al Gobierno que su plan de transición ecológica sea justo con las regiones que, como Asturias, están llamadas a sufrir en el proceso".
El XI Congreso de la Federación de Industria, Construcción y Afines (FICA) de la UGT de Avilés, celebrado con medidas extraordinarias de seguridad sanitaria en el pabellón ferial de La Magdalena, se desarrolló marcado por la preocupación que suscita el futuro de grandes pilares industriales de Asturias como Arcelor, Asturiana de Zinc, Alu Ibérica (antes Alcoa), Duro Felguera... "La situación industrial de Asturias ya era complicada antes de la declaración de pandemia y no hace más que agravarse desde entonces por el retraso continuo de las medidas de apoyo que requiere el sector", manifestó Martínez Paramio, quien se refirió muy en concreto a "la falta de un marco estable, predecible y competitivo del precio de la luz". El secretario general de la federación de Industria de la UGT anticipó "dura batalla" para conseguir que el Gobierno "rectifique en su idea de aplicar la fórmula del café para todos en el reparto de las ayudas pensadas para los sectores industriales altamente dependientes del coste de la electricidad".
Martínez Paramio defendió, en sintonía con el Gobierno regional, el reparto de ayudas a la industria de modo creciente en función del criterio de "hiperintensividad" (empresas como Arcelor, Azsa o Alu Ibérica que consumen electricidad en cantidades ingentes saldrían más beneficiadas que la media) si bien matizó que "no se trata de salvar a esta o aquella empresa, sino de defender el modus vivendi de gran parte de los asturianos".
Daniel Cuartas, que combina la secretaría general de FICA-UGT de Avilés con su cargo sindical en Alu Ibérica, arrancó el aplauso de los delegados al pedir su apoyo para combatir las prácticas "extorsionadoras" que emplea la empresa del aluminio con los cabecillas del comité de empresa (les ha abierto un expediente disciplinario) y en tono grave anunció que su ejecutiva es consciente de que tiene por delante un mandato "difícil", por lo que reclamó a todos los delegados "unidad y coraje".
