El comité de empresa de Alu Ibérica de Avilés montó en cólera cuando el pasado mes de julio la compañía, que pertenece desde mediados de abril pasado a Grupo Industrial Riesgo, puso a los trabajadores de las series electrolíticas a realizar "tareas laborales impropias" -así las definieron los sindicatos- como limpieza y desinfección de váteres y vestuarios, trabajos de jardinería y obras civiles (como el pintado de estructuras).

De nada parece haber servido la queja sindical, porque ahora la dirección de Alu Ibérica anuncia a los mismos trabajadores de las series electrolíticas (los que menos carga de trabajo tienen al estar apagadas las cubas de aluminio) que van a recibir formación en el manejo de desbrozadoras al objeto de que puedan ser ellos mismos los que sieguen los prados que rodean la fábrica.

Alu Ibérica rescindió el pasado mes de junio el contrato de prestación de servicios que tenía con una empresa de la comarca que era la encargada de ocuparse del mantenimiento de las zonas verdes y ha encontrado la solución para suplir ese servicio con "gente de la casa". En medios sindicales critican esta política de sustitución de subcontratas por personal de la fábrica y preguntan si acaso el manejo de maquinaria de jardinería es el tipo de formación para el reciclaje profesional que prometió llevar a cabo Grupo Riesgo.