El turno al que le tocó trabajar la noche del pasado domingo en la fábrica avilesina de Alu Ibérica no pudo producir tochos (piezas cilíndricas de metal) en los hornos de reciclado por falta de material con el que aumentar el grado de pureza del caldo de aluminio resultante de la fusión de chatarra. La rotura del stock de chapa de aluminio impidió el curso normal de la producción y mantuvo a los trabajadores en labores de control de temperaturas y vigilancia de los hornos, a los que no beneficia precisamente estar calientes en vacío.

No es la primera vez que la imprevisión de los gestores de Alu Ibérica obliga a parar la producción. A finales de agosto hubo otro incidente similar, solo que aquella vez lo que se agotó fue la chatarra. Aquella ocasión la fábrica estuvo parada tres días. Esta vez la producción se reanudó más pronto, ayer mismo llegó un camión cargado con unas 15 toneladas de chapas de aluminio y los hornos pudieron volver a colar.

Según especialistas conocedores del funcionamiento de la planta de reciclado de aluminio de San Balandrán -la única parte de la factoría en funcionamiento desde que se apagaron las cubas de electrolisis-, esas 15 toneladas de chapa de aluminio descargadas ayer "dan para hacer tres o cuatro coladas a lo sumo". Esto, según medios sindicales, "da a entender hasta qué punto trabaja al límite la fábrica aluminera avilesina, pendiente poco menos de que lleguen puntuales a descargar los camiones con aluminio". Las mismas fuentes precisaron que la dirección de la empresa aseguró ayer a los empleados de los hornos de refusión que durante la semana "llegará más material" para atender las necesidades productivas.

El único aluminio que se produce actualmente en Alu Ibérica es el que sale de los ochos hornos con que cuenta en la planta de reciclado, que pueden fundir chatarra sucia (con pintura, laca, etcétera). Tienen una capacidad de 40.000 toneladas.