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Los bingos atraen a decenas de jóvenes por la amplitud de horarios para el ocio nocturno

La Policía controló el fin de semana el acceso a un local de juego de Avilés que cierra a las cuatro y dice servir alcohol hasta la una

Una ruleta de juegos de azar.

"¡Contigo desde las 17.00 horas hasta las 4.00, te esperamos con ilusión!" Este es uno de los reclamos que utiliza un conocido bingo de Avilés en sus redes sociales: y es que ahora, el horario de cierre de las casas de apuestas -en este caso, tres horas más tarde que los locales de copas de la ciudad- se ha convertido en un atractivo más para los clientes, en su mayoría jóvenes que alargan las noches de los fines de semana entre máquinas recreativas, ruletas y apuestas deportivas. Eso sí, en el caso de este bingo avilesino no se sirve alcohol más allá de la una de la madrugada, según explican en sus redes.

Pero no en todos los casos son idénticos. Los bingos y establecimientos de juego de Asturias viven en una especie de limbo legal en cuanto horarios o consumo de bebidas graduadas en las cafeterías interiores, por ejemplo. Por este asunto preguntaron anteayer al presidente de Gobierno, Adrián Barbón, que mostró su disposición a regular este tipo de negocios. No es la primera vez que el Principado les mete mano: la Administración autonómica aprobó, por acuerdo del Consejo de Gobierno de 26 de marzo de 2019, suspender las licencias de apertura de estos negocios durante ocho meses, siempre que no tuviesen solicitada la licencia de obras antes de esa fecha, en cuyo caso seguiría su tramitación. El Ejecutivo decidió el pasado noviembre prorrogar esa moratoria otros 8 meses más. Ahora el tiempo ha expirado.

La comarca cuenta a día de hoy con tres de los denominados locales de apuestas, las de carácter deportivo, relacionadas con el mundo de fútbol que tanto proliferan en la actualidad: dos de ellas en Avilés y otra más en Corvera. El municipio tiene otros tres establecimientos de juego de otras tipologías. Se trata de dos salones y de un bingo, todos con una antigüedad considerable. Junto a los locales de apuestas deportivas suman, por tanto, un total de 5 establecimientos.

Y en algunos de ellos es frecuente ahora ver largas colas los fines de semana para acceder al interior. El pasado fin de semana, sin ir más lejos, la Policía Local se dejó caer por Fernández Balsera, donde está uno de estos centros de juego. "Había bastante gente, pero cumplía a rajatabla tanto con el uso de mascarilla como con la distancia interpersonal de seguridad", señalaron, e indicaron que si bien la situación de Avilés es chocante, con clientes en el bingo a la hora que en situaciones normales estarían en un bar musical, es más llamativa en Oviedo y, sobre todo, en Gijón. En Asturias hay un casino, al menos seis bingos y una docena de casas de apuestas. Quien vigila porque trabajen en cumplimiento de la normativa es el grupo de Inspección del Juego, que depende de la Policía Nacional.

La Policía Local, en el caso de Avilés, podría acceder al local en circunstancias excepcionales, como por ejemplo en caso de trifulca. Pero incluso las denuncias, si fueran necesarias, seguirían un cauce distinto al de un local de copas. Muchos vecinos, entre tanto, han lanzado ya la voz de alarma por las largas colas de chavales a la puerta del bingo avilesino los fines de semana, un gesto que choca con los intereses municipales. Poco antes de la pandemia, en Avilés se desarrollaron seminarios para concienciar a la población adolescente sobre los riesgos asociados a los juegos de azar como, por ejemplo, la ludopatía.

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