Los portavoces municipales visitaron ayer las baterías de coque de junto al delegado de Sepides en Asturias, Javier Fernández, una ruta guiada que solicitaron hace meses los grupos de la oposición y que sirvió para reforzar sus posturas iniciales sobre el debate conservacionista. Solo Cambia Avilés (CA) sigue pidiendo que se conserve parte de la coquería como patrimonio industrial. "El estado actual de la mayoría de las instalaciones es de mucho deterioro pero hay elementos que tienen un valor especial y que se pueden salvar", señaló su portavoz, Tania González.

Cambia quiere indultar los almacenes generales, al taller mecánico, una chimenea, una batería y el cribador. "No requerirían tanto mantenimiento para albergar otros usos y esos espacios no suponen más del 15% del terreno que ocupan las instalaciones. Su desmantelamiento y derribo puede resultar más costoso que su mantenimiento", añadió González.

El resto de grupos de la oposición piden lo contrario, no poner palos en las ruedas para que los suelos de Baterías puedan estar en el mercado cuanto antes, más aún tras observar el estado de las instalaciones. "La visita nos ha servido para afianzarnos en nuestra postura: no se puede perder el tiempo con cuestiones ajenas al desmantelamiento", apuntó la portavoz municipal del Partido Popular (PP), Esther Llamazares, una postura que también vienen defendiendo Ciudadanos y Vox. Llamazares incidió en que "el procedimiento para el desmantelamiento va a ser largo y muy complejo y no podemos desviar la atención de ahí". El estado de deterioro de las instalaciones es tal, expuso la popular, que "se está invirtiendo dinero para que no se produzcan derrumbes" en algunas zonas. "Sería un coste elevadísimo mantener elementos en pie", concluyó Esther Llamazares.