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Científicos vascos investigan en Avilés la forma de darle valor añadido al anisakis

El proyecto, además de abrir posibles mercados de alimentación animal o farmacéutica, pretende evitar la proliferación del parásito gracias a los pescadores, que dejarán de tirar las vísceras al mar

Bruno Iñarra y David San Martín, ayer, en la rula de Avilés, observando la cancha. RICARDO SOLÍS

La Nueva Rula de Avilés nació con la innovación en su ADN. De ahí que la tecnología y el conocimiento se hayan integrado con éxito en el día a día de la lonja de Conde de Guadalhorce. Fruto de este interés por seguir mejorando, la entidad que dirige Ramón Álvarez va a participar en un importante estudio con la merluza como protagonista que tiene un doble objetivo: por un lado, se trata de velar por el medio ambiente poniendo freno a la proliferación del parásito "anisakis" en colaboración con el sector pesquero, que en lugar de tirar al mar las vísceras de merluza infestadas que se procesan en el propio barco las llevarán a puerto. Con las vísceras en tierra, los científicos del laboratorio vasco AZTI, con sede en Derio (Vizcaya), estudiarán la forma de darle un valor añadido al parásito, rico en proteínas y aceites, que podría traducirse en una nueva oportunidad de negocio. La investigación, que acaba de comenzar, se prevé que finalice a finales del próximo año.

La merluza representa el cincuenta por ciento de los desembarcos en el puerto de Avilés. En números: de aproximadamente 4.000 toneladas de merluza que se descargan en la lonja avilesina, el 10 por ciento son vísceras. Y el anisakis está considerado un problema de salud pública por posibles alergias por el consumo en crudo de algunos pescados como la merluza, la bacalada o el bocarte, de ahí la relevancia del estudio. "Partimos de que traer las vísceras al puerto supone unos costes en transporte, manipulación y destrucción y vamos a buscar la forma de darle valor, de ganar dinero", explican los investigadores.

"Los usos humanos del anisakis son limitados, pero tal vez podríamos bajar un peldaño y darle un uso en alimentación animal. Asimismo es interesante analizar las vitaminas del parásito anisakis en la merluza de cara a un posible uso farmacéutico", explica Bruno Iñarra, del departamento de Procesos Eficientes y Sostenibles de AZTI, que no descarta que la Rula de Avilés, en un futuro, tenga en sus manos la posibilidad de relacionarse con el sector farmacéutico. Ahí entraría, no obstante, un estudio de la viabilidad socioeconómica si los resultados son los esperados en el que se podrían conjugar iniciativas públicas y privadas. Pero hasta entonces queda un largo camino de investigación.

Los científicos de AZTI -Bruno Iñarra, David San Martín y Mónica Gutiérrez- dieron ayer sus primeros pasos en la rula avilesina para definir el protocolo que seguirán en los próximos meses. En Avilés las lanchas pequeñas ya están preparadas para llevar a puerto las vísceras de merluza que luego se analizarán. "Con los barcos más grandes estamos diseñando ahora el proceso que interesa seguir. Nosotros ya tenemos preparada una cámara frigorífica específica para este proyecto", manifiesta Ramón Álvarez, uno de los artífices de que la rula de Avilés esté a la cabeza del país en innovación, con las ventajas que eso supone tanto para el sector como para el consumidor final "aunque a veces no sean instantáneas". El proyecto cuenta con el respaldo a partes iguales de la consejería de Agroganadería y Avilés. "Vamos a gastar un dinero, pero confiamos en los resultados", afirma el gerente.

Esta no es la primera colaboración entre la Nueva Rula de Avilés y AZTI. En 2014, por citar un ejemplo, en colaboración con la asociación de profesionales pesqueros Fedespeca lanzaron un consorcio (en 2016) con el objetivo de desarrollar un prototipo que apoye al profesional de lonja en la determinación de la frescura comercial del pescado, aportando objetividad y confianza a este proceso. Finalmente se aprobó el Proyecto de categorización objetiva de merluza en primera venta basado en la tecnología NIR (Espectrometría de Infrarrojo Cercano). Este proyecto recibió cofinanciación del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) y del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

"En la Nueva Rula de Avilés nos mantenemos alerta sobre las necesidades de nuestros clientes. La innovación y el desarrollo están en nuestro ADN, y defendemos que la tecnología no debe ser un obstáculo sino estar al servicio de las personas. Apostamos por un modelo de gestión que busca la adaptación del conocimiento a las circunstancias operativas del día a día", concluye Álvarez, que ahora trabajará con AZTI para darle valor añadido al anisakis.

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