Curso 1956-57. Maribel Morán era una cría que apenas levantaba unos palmos del suelo cuando cruzó por primera vez la puerta del colegio de niñas de Llaranes. Sin saberlo, Morán estaba haciendo historia: su generación inauguró el centro diseñado por Cárdenas y Goicoechea con ocho aulas abiertas al exterior mediante un muro cortina. Morán creció y fue muchas cosas, en otras maestra e integrante de la primera selección española de balonmano femenino. Ayer asistió a la entrega de una placa de manos de José Ramón Puerto, vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, al director del colegio "Llaranes", David Artime, que acredita que la escuela de niñas forma ya parte del registro de la fundación Docomomo Ibérico. "Este colegio era una maravilla", señaló Maribel Morán, quien recordaba junto a sus amigas las bondades de un colegio que las vio hacerse mujeres al calor de la "fabricona".

El acto de entrega de la placa se celebró en el exterior del centro educativo para respetar las medidas de seguridad. Tomó la palabra en primer lugar Rubén Domínguez, presidente del Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón, que explicó que la placa reconoce y pone en valor bienes del movimiento moderno. Destacó que ayer era un día doblemente feliz por el reconocimiento y porque se cumplían tres años de la paralización del derribo de la marquesina de La Rocica, ahora instalada en la calle Río Cares de Llaranes. Luego intervino José Ramón Puerto, que ensalzó las bondades del colegio de niñas. Valoró también el trabajo de Alfoz de Gauzón "que quiere mucho Llaranes y año a año propone actuaciones para reconocer el barrio".

Concluyó el director del centro, David Artime: "La difusión del patrimonio asturiano es algo que trabajamos en las aulas y este reconocimiento nos va a dar a pie, además, a contar la extraordinaria labor que está haciendo en defensa del patrimonio industrial.". Tras sus palabras hubo aplausos, también de Maribel Morán.

Luego continuaron con una visita guiada por el barrio obrero que esconde tesoros como la capilla de San Lorenzo de Cortina, el martinete del Castañedo de Zaldúa, la bolera de cuatreada, la misma plaza mayor, el parque infantil, la iglesia parroquial de Santa Bárbara o el economato, además de las instalaciones de la empresa siderúrgica.