La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fallece Gonzalo Casielles, un músico irrepetible en Avilés

El trompetista tocó bajo la batuta de Xavier Cugat y fue uno de los primeros docentes de solfeo en el Conservatorio

Junto a estas líneas, Casielles con Louis Armstrong; a la derecha, ante la partitura dedicada a Pedro Menéndez. R. SOLÍS

Gonzalo Casielles Camblor (Infiesto, 1931) falleció ayer a los 89 años. Maestro y padre de músicos, arreglista, conserje de colegio, compositor, trompetista y profesor en el Conservartorio "Julián Orbón". "Era un histórico del Conservatorio", señala su amigo y exdirector del centro educativo, José María Martínez, que cuando habla de Casielles se rompe en elogios: "Era un músico hábil que formó a muchas personas, de carácter afable y con un humor inteligente del que hizo gala hasta el final de sus días".

Algunos de esos alumnos fueron Elena Muñoz Liébana, presidenta de la Banda de Música de Avilés, y Carlos Galán, exdirector del "Julián Orbón". Para la primera es "una pérdida irreparable". Lo dice emocionada y con la sensación de haber hecho los deberes ya que Casielles recibió la medalla de honor de la Banda hace tres años. Para el próximo recital de Santa Cecilia, el grupo sopesa homenajear al compositor del Himno de Pedro Menéndez, los arreglos de la "Vie en Rose" y un sinfín de obras corales como la armonización de "Soi de Verdiciu" para voces mixtas. La alcaldesa Mariví Monteserín fue una de sus alumnas de solfeo. "Fue maestro de los músicos más destacados que hay hoy en Avilés, fue también amigo, un grandísimo músico y una gran persona", relató, sobre quien disfrutaba ya jubilado, junto a su esposa, Cristina, de la programación cultural de Avilés.

Carlos Galán recordaba que dio clase "a medio Avilés, ponía motes a todos y nos divertimos mucho en sus clases. Además de cariñoso y cercano, fue uno de los profesores más exigentes que conocí, y le estoy muy agradecido. Siempre vino a mis conciertos y mantuvimos el contacto. Ccreó una gran saga de músicos". Esa dinastía de la que habla Galán no son solo sus alumnos, sino sus cuatro hijos (Gonzalo, Cristina, María Eugenia y Daniel), que continúan con ese amor por las melodías. Gonzalo Casielles hijo recordó a su padre como "un hombre muy ocupado", siempre ligado a la música, a los conciertos en directo, a las noches en clubes con orquestas. "Tuvo la polio y se quedó cojo de niño y siempre se refugió en la música", señaló. El histórico trompetista falleció mientras dormía, tranquilo, como si la melodía que le acompañó toda su vida fuera desvaneciéndose.

"Sus melodías seguirán sonando en nuestros corazones", afirmó la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, que destacó de Casielles que era una persona "muy querida por todos, que ha dejado huella en las aulas del Conservatorio", sin olvidar que era, sobre todo, un "gran músico". El trompetista y profesor sacaba tiempo, además, para pasar tiempo con sus amigos y tocar alguna pieza. Uno de esos amigos es Manuel González Iglesias, presidente del Casino de Avilés, cargo que también ocupó el músico. "Tenía todo lo bueno, gran amigo, mejor persona y una gran cultura musical, no todo el mundo toca con Xavier Cugat", dice González Iglesias sobre un hombre que tuvo la oportunidad de conocer a Louis Armstrong, uno de los mejores trompetistas de todos los tiempos en Alicante en una de esas giras bajo la batuta de Xavier Cugat. La Cofradía del Colesterol Bueno le otorgó el premio "Mandil" en 2014.

Casielles Camblor no se resistía ante los encargos musicales. Es más, llegó a participar en un acto, trompeta en mano, en La Peñona de Salinas para homenajear a las víctimas del 11-M con la interpretación de "El Silencio". En silencio dejó ayer a los avilesinos que quieren y respetan la valía musical de un hombre que lo dio todo por la música, por su trompeta y por las partituras que desde muy niño mimó, desde los tiempos en los que era uno de los primero de la Banda de Música de Oviedo, de su periplo madrileño y sus jornadas maratonianas de grabaciones y directos. Su legado queda siempre, la melodía tiene que continuar.

Compartir el artículo

stats