La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La nueva distribución de puestos del mercado divide a vendedores ambulantes y hortelanos

Los aldeanos ponen en marcha una asociación para reclamar sus derechos en la plaza: "A nosotros nadie nos pregunta nada", protestan

Ambiente entre los puestos de los vendedores ambulantes. M. V.

El ambiente continúa caldeado en el mercado de los lunes. La nueva organización que plantea la sociedad Mercado de Avilés para la temporada-otoño invierno divide a los hortelanos y a los vendedores ambulantes. El plan pasa por sacar al exterior (a la calle Rui Pérez y un tramo de La Cámara) a 35 vendedores. El objetivo de la medida es que los aldeanos puedan volver a los soportales de la plaza y que los 130 ambulantes que acuden al mercado de Avilés puedan hacerlo cada lunes y no cada quince días, como ocurre ahora por las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.

El plano con la nueva distribución circulaba ayer por los puestos de venta y está previsto que el próximo lunes los vendedores voten "sí" o "no" a la propuesta. De ser la respuesta afirmativa, once tenderetes se ubicarén en la calle La Cámara, en el tramo entre las calles Cuba y Doctor Graíño, otros 23 en Rui Pérez y el resto se quedarán en el interior del recinto de Hermanos Orbón. Todos los vendedores de productos de la huerta volverían a ocupar los soportales de la plaza. Las opiniones de los afectados son para todos los gustos.

Virgilio Jiménez Barros es uno de los afectados por los cambios. "Es un problema. Cuando hay cambios, las cosas no suelen funcionar bien. Yo prefería estar aquí cada quince días a que me muevan", señaló ayer el vendedor, mapa de redistribución en mano.

De la misma opinión es Luis Matías, de Viveros Fernández: "Llevo aquí cuarenta años y a mí me tocaría salir a la calle. La rotación que quieren hacer es bestial. Prefiero venir cada quince días a esto que nos plantean".

Otro vendedor ambulante que pidió anonimato señaló que está satisfecho con el espacio que ocupa ahora en el interior de Hermanos Orbón, pero elige el cambio si supone poder acudir a Avilés cada lunes, no uno sí y otro no: "Nosotros lo que queremos es trabajar todos los lunes".

Entre los aldeanos (los vendedores de productos de sus propias huertas) también hay opiniones dispares. Lo que más les molesta, no obstante, es que dicen ser los últimos en enterarse de los cambios. "La plaza se donó a los hortelanos. Por favor, que nos devuelvan al interior, donde estuvimos toda la vida", apuntó el carreñense José Antonio Suárez, que lleva 35 años vendiendo en el mercado de Avilés.

"Yo vendo más aquí, hay más movimiento, la gente que pasa de camino al trabajo o a hacer recados para y muchas veces compra", opinó la también vecina de Carreño Blanca Cabanas, ahora instalada en la calle Rui Pérez.

Un grupo de aldeanos ha dado un paso más y ha formado una asociación para defender sus derechos. Ninguno de los consultados ayer tenía información de los cambios que pueden producirse más allá que la que dicen leer en los periódicos. De esa recién constituida asociación forma parte Belén Muñiz: "A nosotros no nos hacen ningún caso. El sitio que hay en la plaza es prioritario para la aldea y eso no se ha cumplido nunca. Los ambulantes, con los que tenemos muy buena relación, llevan dos semanas diciéndonos que hay un mapa con una nueva distribución de los puestos y a nosotros no nos han comunicado nada. Estamos pendientes de lo que voten ellos el lunes. Aquí todos nos necesitamos. La aldea vende poco sin los ambulantes y viceversa", apuntó.

Otra hortelana irrumpe en la conversación. Es María del Carmen García. "Somos el hazmerreír. Dos noches pasé durmiendo aquí para coger el puesto que tengo hace 30 años y ya se lo dieron a otro".

La gozoniega Olvido Muñiz también manifestó su malestar. "Con nosotros no habla nadie, no pintamos nada. Parece que ahora son los ambulantes los que deciden si podemos volver a entrar. Queremos estar en la plaza, en la que siempre estuvimos", protestó. Muñiz es la tercera generación de una familia pegada al mercado de Avilés. Su abuela, también Olvido, perdió la vida hace 80 años cuando acudía un lunes "al mercado de la villa" en un xarré. Continuó la tradición su madre y ahora ella. No sabe si volverá al interior de la plaza pero sí tiene algo claro: "No habrá cuarta generación".

Compartir el artículo

stats