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Un Camino a contracorriente

Una pareja zaragozana en ruta a Santiago por décima vez: "Es año raro, pero seguro y muy húmedo"

Joaquín Aragón y María Antonia Sesma, con Carlos Guardado, ayer, por la calle Rivero. ELIANA LAMATA

La actual crisis sanitaria ha reducido considerablemente el número de peregrinos del Camino de Santiago. Los hay, pero muchos menos que otros años cargados con mochilas y caminando contra viento y marea hasta alcanzar su meta, la plaza del Obradoiro en la capital gallega. Los zaragozanos Joaquín Bordonaba y María Antonia Sesma son andarines como los que más y ayer hicieron escala en Avilés. Ambos confirman que "el camino es seguro". "Es raro porque no nos encontramos albergues abiertos en varios lugares, pero es seguro", señala Bordonaba, militar retirado, que aprovechó las vacaciones de su pareja, auxiliar de enfermería en una residencia, para realizar juntos su décimo Camino de Santiago. Lo han hecho juntos en cuatro ocasiones y también cada uno por su lado. Este último lo iniciaron en Irún a finales de septiembre y a razón de entre veinte y veinticinco kilómetros diarios han llegado ya a Avilés. Su última etapa fue entre Gijón y la Villa del Adelantado y la hicieron con alguna que otra dificultad dadas las condiciones meteorológicas. "Fue una etapa húmeda", bromea Bordonaba tras haber salido poco después de las 07.30 horas de Gijón y comprobar que "es una ciudad muy larga". Pasaron por tramos con sol, con lluvia y en ocasiones, tuvieron que guarecerse de los chubascos bajo zonas arboladas. Aún así, dicen, mereció la pena.

Ya están a la mitad de su camino. Confían en llegar a la capital gallega el día 26 de octubre. Caminan a buen ritmo y energías tienen para regalar. A Sesma y a Bordonaba les encanta la montaña, las caminatas y realizar hazañas como pruebas de cien kilómetros a pie, subir montañas como el Moncayo y atreverse incluso con el sistema montañoso más importante del mundo, el Himalaya, donde por cierto, les tocó sufrir un terremoto del que salieron ilesos.

Fue un 25 de abril de 2015 y ambos celebraban su viaje de novios en aquellas latitudes. Viajaron a Asia con un grupo de amigos montañeros y allí se encontraron con un fuerte temblor de tierra que en un principio pensaron que se trataba de mal de altura. No tenían pensado coronar el Everest ni el K2 pero sí llegar a un campo base. "Nos pilló a 5.000 metros de altura tras pasar el glaciar de Gokyo", explica la pareja que coincidió en el Himalaya con un gran número de españoles. Desgraciadamanente, en ese mismo seísmo cuatro avilesinos que participaban en una ruta de senderismo por el valle de Langtang, una de las zonas más afectadas, fallecieron y sus cuerpos aún hoy no han sido encontrados tras cinco años.

Es tal el amor por el deporte de la pareja zaragozana y aún con el susto en el cuerpo a su llegada al aeropuerto de Barajas, en Madrid, no dudaron a la hora de desplazarse al día siguiente a Ronda (Málaga) para participar en una prueba en la que, otra vez, tenían que caminar durante 100 kilómetros. A Joaquín Bordonaba y María Antonia Sesma no les para nada, ni siquiera los terremotos. "Hace justo un año -por ayer- que estaba subiendo el Kilimanjaro", señala Sesma. Aragón ya ascendió a ese pico africano en dos ocasiones. Eso sí, el Camino de Santiago lo tienen más analizado. Y con él los pueblos por los que pasa como Avilés.

A su llegada a la Villa del Adelantado, poco después de las 13.15 horas, les esperaba el avilesino Carlos Martínez Guardado, amigo con el que comparten su pasión por el Camino. Es más, en su entrada por la calle Rivero, Martínez Guardado aprovechó la ocasión para explicar a los peregrinos que la fachada de los multicines Marta, hoy convertidos en un restaurante, que mantiene una serie de conchas que entroncan directamente con la tradición de los peregrinos y deja a las claras que desde hace siglos, la villa avilesina era uno de los lugares por donde transitaba el popular Camino.

"Pese al covid, el Camino de Santiago es un destino seguro, no habrá algunos albergues abiertos por las normas sanitarias -Aragón y Sesma explicaron que no había ni en el País Vasco ni en parte de Cantabria-, sin embargo, el de Avilés funciona", señala el avilesino que desde 2011 es Caballero de la Orden del Camino de Santiago y encargado de su divulgación.

Tras la caminata entre Avilés y Gijón, Joaquín Bordonaba y María Antonia Sespa, del club "Os andarines de Aragón" se tomaron una caña en una terraza de El Parche, dejaron sus mochilas en un hotel y se ducharon. Después comieron, se echaron la siesta y ya hoy continúan su ruta en dirección a El Pito (Cudillero) a primera hora de la mañana.

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