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ILLAS

Savia nueva para un bocado de moda: La Peral a punto de cumplir 100 años

Noemí López, nieta de la gerente de la centenaria fábrica de quesos La Peral, Esther Álvarez, "encantada" de entrar en el negocio familiar

Luisa López envolviendo piezas de queso.

A punto de cumplir cien años, la fábrica de quesos La Peral ubicada en la localidad del concejo de Illas del mismo nombre, tiene asegurada su continuidad. A la empresa familiar fundada por Antonio León en 1923 están llegando las nuevas generaciones. La última en incorporarse es Noemí López González, hija de José Luis López, hijo a su vez de la actual gerente, Esther Álvarez.

Noemí López, de 22 años, dice que siempre tuvo claro lo que quería. "Estudié Ciencia y Tecnología de Alimentos en la Facultad de Veterinaria de León. Me incliné por esa carrera porque siempre me gustó la ciencia y también quería seguir la tradición familiar. Vi que mis conocimientos podía aplicarlos aquí en la fábrica", sostiene la joven que se incorporó al negocio familiar hace apenas cuatro meses.

"Llegué y comencé desde abajo, para conocer todo el proceso de fabricación del queso y también el administrativo. Comencé con los trabajos manuales de voltear, salar, limpiar las piezas, envolverlas y empaquetarlas. Cuando empiezas desde abajo conoces mejor el proceso y lo controlas", detalla.

Noemí López desembarca a una empresa familiar que produce unas 130 toneladas de queso al año. Son todos azules y las tres especialidades se elaboran con leche pasterizada de vaca, oveja o cabra. "El de vaca tiene mucha demanda porque es el original con el que empezó la fábrica, los de oveja y cabra son más nuevos", afirma.

Pero la joven ya piensa en nuevos quesos, algo de lo que no quiere hablar aún. "Quiero lanzar un nuevo producto, pero está en estudio porque espero que sea perfecto. Serían un queso para una sociedad en la que están cambiando los hábitos de consumo. Estoy en contacto con un tecnólogo de gran experiencia que me está ayudando mucho. Será un producto muy diferente", señaló.

La formación de Noemí López es muy amplia pese a su juventud. En la Universidad estudió nutrición, salud pública, tecnología, calidad, legislación, análisis de riesgos y seguridad. Además de las prácticas que conlleva la carrera, realizó cursos sobre la elaboración de quesos.

La situación actual que vive el mundo por la pandemia del covid-19 no es ajena a esta mujer que dice que la fábrica de La Peral se está manteniendo pese a la crisis. "El sector de la alimentación no está sufriendo mucho, pero sí la hostelería y eso también nos afecta a nosotros porque la hostelería es un buen cliente". Este verano la fábrica también recibió muchas visitas de turistas que se desplazaron hasta el concejo a por quesos de La Peral. "Los probaban en establecimientos hosteleros de otras zonas de Asturias y venían atraídos por lo muchos que les habían gustado. Vinieron turistas de toda España y sobre todo de Madrid, Barcelona o el País Vasco", relata. Noemí López dice que su relación con el negocio familiar es de siempre. "Iba con mis abuelos y mis padres todos los años a las ferias de Oviedo y Avilés. Hay mucha clientela fidelizada. Algunos clientes de las ferias me vieron crecer y cada año decían, ¡cómo creces!".

Ahora la evolución es orgullo para todos. "Mi padre está muy contento con que decidiera quedarme en la fábrica. Trabajo con él y ve que me enfrento a problemas y que los resuelvo. Dice que ya se puede morir tranquilo. Hacemos un buen equipo porque yo le aporto mis conocimientos técnicos y el la experiencia. También con mi madre, Patricia González, trabajo bien; ella lleva la parte administrativas. Al lado de mis padres estoy creciendo profesionalmente".

Para abuelos, Pepe López y Esther Álvarez que sigue siendo la gerente de la empresa, también tiene palabras cariñosas: "Están emocionados con mi decisión porque dicen que ya hay una nueva generación que va a tirar por el carro del negocio". La joven se considera afortunada por tener un puesto de trabajo elegido libremente por ella y que le "encanta", pero no deja de reconocer la problemática de otros jóvenes de hoy para encontrar un puesto de trabajo. "Cuando estaba estudiando la carrera ya sabía que tenía un puesto de trabajo esperándome. Pero la problemática de la gente joven es tremenda. Somos una generación muy preparada y tenemos ganas de darlo todo en un trabajo para el que estudiamos, pero no hay oportunidades. Las empresas deberían dar opciones a la gente joven porque arrancar es lo más difícil. La mayoría somos personas muy válidas y nos prejuzgan por la edad. Somos muy competentes y tenemos ganas de trabajar", reivindica.

La ilusión de esta joven tecnóloga la contagia a su alrededor. "Voy a aportar a esta fábrica todos mis conocimientos técnicos y quiero que cuando pasen 40 años, esta empresa ya centenaria vea que sigue mejorando gracias a mi granito de arena", sostiene. "Me gusta que siga mejorando y también que se sigan incorporando a la empresa, el día de mañana, mi hermana y mis primos para seguir haciendo que crezca. Me gustaría que estas nuevas generaciones de la familia se integren aquí", concluye.

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