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JENARO MARTÍNEZ PARAMIO | SECRETARIO GENERAL DE FICA-UGT DE ASTURIAS

"Europa no avanza a la velocidad que tiene que hacerlo para proteger su industria"

"Asturias tiene un modelo productivo muy claro y asentado, pero hay que anclarlo, no dejarlo ir con una rápida transición energética"

Jenaro Martínez Paramio, durante la conversación con LA NUEVA ESPAÑA. Mara Villamuza

Jenaro Martínez Paramio (Avilés, 1978) revalidó la semana pasada en Avilés -con el 98 por ciento de los votos de los delegados regionales- su responsabilidad al frente de la secretaría general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de la Unión General de Trabajadores (FICA-UGT) de Asturias. Es trabajador de Arcelor, empresa en la que entró en abril de 2001. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en el despacho del secretario comarcal de FICA-UGT, Daniel Cuartas, un cuarto que Paramio había ocupado hasta 2017, cuando pasó de la plaza del Vaticano, de Avilés, a la de General Ordóñez, en Oviedo.

- La industria está llena de problemas. ¿Cuál es el primero que hay que solucionar?

-Antes del estallido de la pandemia, veníamos arrastrando problemas estructurales. Una vez que estamos en ella, estos problemas de los que hablo se han agravado. La industria en Asturias pasa por una situación compleja aquejada, como digo, de debilidades estructurales que se tienen que solucionar. No podemos continuar con un borrador de un estatuto del consumidor electrointensivo que es totalmente insuficiente para las necesidades de la industria asturiana. Y digo esto porque, parece que se olvida, la mayor concentración de la industria electrointensiva de este país está en Asturias. Y es el motor y la columna vertebral de la industria en Asturias, que tira del tejido productivo de las pequeñas y medianas empresas y que, además, genera empleo estable y de calidad. Más de 10.000 empleos dependen de manera directa o indirecta de la industria electrointensiva. Hay que defender a capa y espada esta industria del Principado Asturias.

- ¿Cuáles son sus principales enemigos?

-Tenemos unas debilidades que hay que corregir porque marcan una diferencia competencial con los países del entorno y, por lo tanto, ponen en grave riesgo a nuestra industria. Es evidente que tenemos un problema de costes energéticos, es evidente que tenemos un problema con las emisiones de CO2 y de compensaciones que no se equilibran con el conjunto de los estados de la Unión Europea y es evidente también que los países extracomunitarios que no tienen legislación medioambiental y, aún menos, una legislación laboral equiparable a la nuestra, no dejan de introducir sus productos en nuestros mercados sin ningún tipo de protección arancelaria por parte de la UE. Esto pone en serio riesgo la industria asturiana, la española o la de la propia Europa.

- ¿Y estas debilidades no la ven en Bruselas?

-Europa no avanza a la velocidad que tiene que avanzar para proteger su industria, por eso nosotros pedimos esas medidas de protección arancelaria. Se están intentando dar pasos, pero llegan a una velocidad que, cuando queramos darnos cuenta, quizás la industria europea ya necesite otras medidas distintas porque a lo mejor no tenemos esa industria asentada en nuestros territorios.

- Habló en su discurso de proclamación de la transición energética.

-Sí. Es que la transición energética se tiene que sosegar: tiene que ser justa y no tiene que pesar sólo en la transformación. Asturias tiene un modelo productivo muy claro y asentado, pero hay que anclarlo, no dejarlo ir con una rápida transición. Por otra parte, hay que aprovechar las oportunidades que te pueda dar esta misma transición. Vuelvo a lo de antes: tenemos que recordar que es Asturias la región con más industria básica asentada. Los procesos productivos generan emisiones y, por lo tanto, tenemos que hacerlas sostenibles, pero hay que dar el tiempo necesario para que esto se pueda producir.

- Sólo hay un pozo minero produciendo y las térmicas han pasado a la historia. ¿Nos hemos desarmado o nos estamos rearmándonos?

-Tenemos que rearmarnos para hacer frente proceso descabornizador de una industria que en sus procesos productivos emite CO2. No podemos acelerarlo sin dar la capacidad de podernos adecuar al proceso del que venimos hablando. Lo que quiero decir es que los objetivos tienen que ser por territorios, es decir, tienen que ser asimétricos. Hay que dar la capacidad de adaptación para mantener los empleos. Asturias no va a poder transformarse en este período de transición a partir de lo que aporta actualmente, es decir, que a gran velocidad no vamos a ser los mismos. Estamos hablando del 16 por ciento del PIB, de gran cantidad de empleo y de su potencialidad tractora de la economía. No se va a cambiar de la noche a la mañana. Así que hay que anclar la industria.

- ¿Tan difícil es publicar el estatuto de la industria electrointensiva?

-Lo que nos interesa no es que publiquen el estatuto: nos interesa que ese estatuto pueda corregir esas debilidades de las que estoy hablando porque es lo fundamental para el conjunto de nuestra industria. El estatuto tal cual está es totalmente insuficiente porque no corrige para nada esas debilidades. Así que nos están poniendo en una situación de riesgo constante: el Gobierno tiene que atender las alegaciones que se presentaron desde esta organización y otras y también desde el Principado de Asturias para que ese estatuto sirva para lo que se generó.

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