Francisco de Francisco, que es el jefe de personal de Alu Ibérica, convocó ayer a los miembros del comité de empresa de la planta de Avilés para celebrar una reunión en la que tratar asuntos tales como los premios de vinculación, las salas de descanso, el plan industrial, el aprovisionamiento de jabón y también para tratar los expedientes sancionadores abiertos por la empresa contra siete de sus empleados (tres ya lo tienen cerrado, cuatro lo tienen pendiente). Pero no hubo encuentro.

No lo hubo porque los trabajadores consideran que la empresa "no abona las cuotas de los planes de pensiones a tiempo". De hecho, señalan desde el órgano de representación, la empresa cumple con sus obligaciones "cuando se presenta una demanda". Algo similar a esto es lo que sucede con la caja social (la empresa detrae de las nóminas de cada empleado un porcentaje determinado que luego tiene que ingresar en la cuenta del comité). "Lleva tres meses sin meterlo en la cuenta", denuncian. Se ha abierto un proceso judicial al respecto.

Otro punto de fricción son los premios de vinculación (para trabajadores de más de 20 o de 30 años): una nómina doble. Media docena de trabajadores la espera para noviembre. La duda de si la habrá ahora es enorme (a los que cumplieron en agosto, dicen desde el comité, "no se la abonaron").

Y a todo esto se suman los tres expedientes que se han consumado con una sanción de empleo y sueldo para tres trabajadores que atendieron las preguntas de una inspectora de Trabajo que se había plantado en la fábrica, precisamente, para investigar las relaciones laborales en las instalaciones de San Balandrán.