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La plantilla de Saint-Gobain se movilizará para evitar la marcha de tarea al extranjero

El cierre de Arbós, la ampliación de Marruecos y el traslado de pedidos a Polonia y Egipto, principales amenazas para Avilés, advierte el comité

Instalaciones de la empresa Saint-Gobain en Avilés. MARA VILLAMUZA

La plantilla de Saint-Gobain Cristalería se siente amenazada por la dirección estratégica de la compañía en los últimos meses. Los trabajadores constatan que parte de su tarea principal -parabrisas- está siendo trasladada al extranjero, concretamente, a Polonia, Egipto y Marruecos. "La carrera de cierres de instalaciones en los últimos años nos hace ver que estamos en peligro", señalan desde la mayoría del comité de empresa. Los representantes sindicales en La Maruca preparan unos meses de movilizaciones como continuación a las jornadas de huelga de las últimas semanas: siguen manteniendo la reclamación de que la empresa presente un plan de futuro para la fábrica avilesina. Lo consideran crucial para calmar la inquietud (que la multinacional se deshaga de la planta avilesina, con costes sociales mayores que en Marruecos, apuntan).

La necesidad por garantizar futuro a las instalaciones avilesinas es grave: "No es tan claro que lo tengamos", añaden. Hay un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que tiene que llegar a término a mediados de diciembre y cuya "ampliación" el comité de empresa dice que está en la agenda de la fábrica. A esto se añade el cierre de la fábrica de Glass de Arbós, en Tarragona.

Así, con las orejas del lobo entre las sombras dicen sentirse los trabajadores desde hace tiempo. La carrera de reorganizaciones de centros de trabajo de Saint-Gobain Cristalería es larga: adelgazamiento del centro de investigación y desarrollo de Avilés, cierre de la planta de Renedo de Piélagos, en Cantabria (2015), de la Hortaleza, en Madrid (2003), de La Almunia de doña Godina, en Zaragoza (2010), segregación de la de Azuqueca de Henares, en Guadalajara... Saint-Gobain Cristalería es una de las empresas principales de la delegación de la compañía francesa (Europa, África y Oriente Medio) y, sobremanera, en España. Sin embargo, todo esto se contrapone, apuntan los sindicalistas, con la apuesta de la central por Marruecos. En la ciudad de Kénitra, al norte de Rabat, se estableció a finales de los noventa la empresa Renault, que se convirtió en el motor de un polo industrial al que se ha sumado Peugeot y la propia Saint-Gobain, que en 2014 comenzó a hacer parabrisas, algunos de los que se habían venido haciendo en Avilés (pequeños utilitarios). Las respectivas ampliaciones corren parejas al desarme avilesino. "Están vistiendo un santo desnudando otro", se lamentan la plantilla.

Y sobre esto hablan conscientes los trabajadores asturianos porque Avilés, hasta la fecha, se había venido beneficiando de la histórica política de cierres (la planta de laminar plano de Hortaleza está, mejorada, en Avilés; la de vidrio de capas de La Almunia, también). Además, en La Maruca están trabajando empleados que lo habían estado haciendo previamente en Portugal, en Madrid, en Zaragoza... Hay seis plazas reservadas para los que tengan que venir de Arbós (siguen sin estar ocupados porque la comisión de traslados no está aún operativa).

La conclusión de todo esto es el adelgazamiento de Avilés a cuenta de la autocompetencia (la fábrica polaca de Saint-Gobain, en Dabrowa Górnicza, al este de Cracovia, tiene mucha más producción que la de Avilés). La empresa justifica todo por la crisis de un sector que no levanta cabeza: no se fabrican los automóviles que salían no hace mucho al mercado y eso obliga a apretarse el cinturón.

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