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Mamá y papá también pintan en el cole

La AMPA de Sabugo, en colaboración con el centro, dedica el fin de semana a decorar el patio de recreo: “Los niños se lo merecen”

María Reyes y Andrea Cotillo, ayer, pintando en el colegio de Sabugo. | R. S.

El próximo martes, los niños del colegio centenario de Sabugo tienen un aliciente más para ir al cole: algunos de sus padres participaron este fin de semana en una actividad conjunta de la dirección del centro y la Asociación de Madres y Padres vinculada al proyecto “Patios educativos”, que consistía en redecorar y hacer nuevas pinturas de juegos tradicionales en el patio de recreo. Con este fin, Desireé Medina –presidenta de la AMPA–, María Reyes, Andrea Cotillo, Laura Sánchez y Francisco Javier Rodríguez se esmeraron en transformar el suelo de asfalto en un mundo de color: “Los niños se lo merecen, en los últimos meses han demostrado ser unos valientes”.

Que se pinte ahora el patio, además de que hacía falta porque algunas pinturas ya se estaban borrando por el uso, tiene que ver precisamente con la crisis sanitaria derivada del nuevo coronavirus: “Antes jugaban en el patio cubierto, pero ahora esa zona se ha convertido en aula. A todo esto, como los niños están en grupos burbuja, queríamos que cada clase tuviera al menos un juego para divertirse”. Dicho y hecho. El colegio de Sabugo se ha llenado de cohetes que son cascayos, casas de Bob Esponja, coches, caracoles... El trabajo y la pintura corre a cuenta de los padres.

“Yo ya soy una veterana en esto, es la segunda vez que me toca”, confesaba ayer María Reyes mientras daba forma a una luna azul. Igualmente, forman parte de la nueva imagen de los patios un circuito de chapas y un campo para las canicas además de los dibujos de una piscina o un coche descapotable “para dejar volar la imaginación de los niños” en su tiempo de juegos”. La primera vez que los padres se lanzaron a esto de coger brochas y pinceles fue en 2014, ante la carencia de columpios u otros elemento de ocio infantil en el centro. Estas carencias estimularon a los adultos a idear y dar forma al proyecto que ahora continúa.

Equipados con pintura y pinceles además de mucho entusiasmo, los padres de algunos de los casi 200 alumnos del colegio de Sabugo se emplearon a fondo para convertir zonas carentes de mayor atractivo en sugerentes y coloridos lugares de diversión para sus hijos. El trabajo salió adelante gracias al trabajo de estos “papás” durante el fin de semana –hoy se lo tomaran de descanso– y la buena relación que mantienen con el centro educativo.

“Este año más que nunca estamos centrados en ayudar al colegio”, apunta Desireé Medina, que pone como ejemplo, además del pintado del patio de recreo, otra colaboración especial a favor de los críos en estos tiempos dominados por el nuevo coronavirus: “Se han comprado filtros para purificar el aula en todas las clases y la AMPA adquirió la mitad”. Otro ejemplo más del trabajo compartido y otra motivación extra para los niños de Sabugo.

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