Alcoa va a tener que seguir produciendo aluminio primario (el puro) en su fábrica de San Ciprián, en la provincia de Lugo. Y lo tiene que hacer porque así lo han ordenado los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

La multinacional, que vendió a un fondo suizo sin experiencia en el sector del aluminio sus fábricas de Avilés y La Coruña y este, a su vez, a otro, pretende mandar al paro a medio millar de personas de la comarca de la Mariña lucense y para conseguir este objetivo precisa apagar las cubas electrolíticas (el corazón de la producción). Eso es lo que ayer se prohibió ya que la reversión de estas instalaciones se antoja “harto complicado”, dicen los expertos.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, celebró ayer lo que considera un “éxito sin precedentes” para los trabajadores de la planta de Alcoa en San Ciprián. En un comunicado difundido ayer, Maroto calificó la resolución judicial como “buen precedente” que permite mantener activa la planta y preservar los puestos de trabajo, “una posición que siempre ha defendido el Gobierno español desde el inicio del conflicto laboral”.