El comercio y la hostelería son esenciales para la economía de Avilés, motivo por el que LA NUEVA ESPAÑA pretende dar visibilidad y apoyo a estos dos sectores a través de una nueva campaña. El espacio #soisesenciales presenta a los pequeños negocios de la ciudad, comercios y locales de restauración, que están siendo muy castigados por las consecuencias económicas de la crisis sanitaria. La campaña cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Avilés y está abierta a la incorporación de todas aquellas instituciones o entidades que quieran mostrar su respaldo al comercio y la hostelería local.

Los dueños de los pequeños negocios avilesinos, los propietarios de bares, restaurantes o sidrerías y el resto de los autónomos que se han visto obligados a cerrar sus puertas afrontan un momento crítico. Muchos de ellos echan cuentas y empiezan a considerar una tarea ardua volver a abrir sus negocios si las administraciones no ponen en marcha planes de ayuda para salir de un pozo cada vez más profundo. Si la pandemia no se reconduce, comerciantes y hosteleros vaticinan “un futuro muy negro” y “cierres en cadena” en dos sectores cruciales para la economía local.

Agustín Gutiérrez, hostelero: “Llevamos un año perdiendo, pero hay esperanza”

“Llevamos un año perdiendo, pero tengo esperanzas, lo último es tirar la toalla”, afirma el hostelero Agustín Gutiérrez, “Guti”. Pese a su optimismo ve imprescindibles las ayudas “porque mientras el bar está cerrado no hay ingresos”. “Solo deseo que las ayudas no lleguen tarde y presionaremos para que así sea, tanto para la hostelería como para el comercio”, apunta el hostelero, que añade: “Estamos bajo mínimos, pero hay que aguantar como podamos para salir adelante”.

Pablo Fernández, hostelero: “Locales cerrados y los impuestos siguen pasando” 

“Qué más quisiera yo que recibir ayudas, es que son necesarias, los bares están cerrados y los impuestos siguen pasando”, señala Pablo Fernández, regente de un restaurante en la calle Emile Robin, que considera a los empleados “de la familia” y espera que están “cubiertos” con el ERTE. A Fernández le sorprendió este nuevo cierre por decreto cuando ya tenía previsto cerrar por vacaciones del 3 al 18 de noviembre. “Menos mal que la campaña de verano se dio bien”, concluye. 

“Morrigans”, grupo de música: “Queremos volver a los escenarios”

“El covid cambió el juego y tenemos que aprender a adaptarnos, la situación está muy difícil para la música y queremos volver a los escenarios”, señala Nardo Villaboy, vocalista de “Morrigans”. El grupo, continúa, no para de componer nuevos temas y está preparado para actuar. La banda ha sufrido aplazamientos de un concierto doble previsto inicialmente para el 6 y 7 de noviembre en el Palacio Valdés. “Confíamos en poder tocar el 12 y 13 de marzo”, remata.  

Isabel Llaneza, comerciante: “No entiendo por qué seguimos cerrados”

Isabel Llaneza cerró su tienda de ropa, como decretó el Principado, y comenzó a organizar los pedidos para recoger en su establecimiento de la calle Florida. Anuncia el género vía Instagram y la mayor parte de las veces ella es su propia modelo. “A veces, saludo a las clientas que pasan por delante mientras estoy trabajando y me siento una delincuente”, confiesa. Según señala, “en los pequeños comercios no hubo contagios pero seguimos cerrados; no lo entiendo”.   

Manolo Egocheaga, hostelero: “Anulamos toda la agenda desde marzo”

“Hay una parálisis absoluta, no abrimos desde marzo por esta situación sanitaria y tuvimos que anular la agenda, que la teníamos cubierta para todas las semanas”, apunta Manolo Egocheaga, responsable de una sala de conciertos y eventos como bodas y cumpleaños. Habla de pérdidas económicas “importantes”. “De cara al futuro, volveremos a abrir cuando haya garantías, tenemos nueve trabajadores”, se lamenta Egocheaga.  

Juanjo Fresno, comerciante: “No tenemos que ver con una gran empresa”

La colección de invierno ya está colocada -y pagada- en la tienda de ropa de Juanjo Fresno. De momento, con la luz del escaparate apagadas y la reja echada; la única forma de comprar es “online”, donde las multinacionales hacen dura competencia. “El comercio de proximidad difiere mucho de las grandes plataformas. Como mucho, entran cinco o seis personas en toda la tarde, la atención es más cercana y necesitamos estar abiertos”, cuenta.