El cierre forzoso de las tiendas y el “letargo de la administración” dan forma a la pesadilla que perturba a los comerciantes avilesinos. Y no pueden más. Eso es lo que fueron ayer a manifestar a la plaza del Ayuntamiento, en una concentración convocada por el colectivo “De compras por Avilés” que aglutinó a un centenar de comerciantes y vendedores ambulantes de la ciudad, “casi 200” según la organización: “Queremos soluciones. No pedimos más. Que nadie se olvide que nosotros también comemos y tenemos hipotecas que pagar”.

Dicen no ser beligerantes con ninguna otra plataforma ni administración, pero destacan que las medidas de apoyo anunciadas hasta el momento “son insuficientes por falta de proporcionalidad”. Es decir, que si tienen que estar cerrados por decreto, piden que se compensen las pérdidas. Pero para los que permanecer abiertos, teniendo en cuenta las restricciones y el autoconfinamiento, también solicitan ayudas: “Las medidas nos parecen insuficientes porque han cerrado nuestros negocios hace quince días y tenemos cero ingresos, pero muchos pagos y deudas que afrontar; los que están abiertos apenas tienen clientes y se quedan sin derecho a subvenciones”.

La protesta fue pacífica y silenciosa. Con bolsas de los respectivos comercios como señal de identidad del sector, los comerciantes tomaron la plaza de España alrededor de las doce de la mañana. El único sonido era el del rebote de las gotas de lluvia sobre el suelo y los paraguas; pequeños grupos de convivientes (como regla general) intercambiaban impresiones. Al final, sonaron aplausos con los que los asistentes, emocionados, agradecieron los gestos de apoyo que les dedicaron viandantes a los que pilló de sorpresa la concentración. Y todos ellos, a prudente distancia unos de otros, como ejemplo de las medidas que también toman en sus tiendas para que sean seguras.

“Las leyes injustas son peor que el virus”, rezaba la pancarta de los ambulantes en la movilización

“Todos lo estamos pasando muy mal, todos los sectores”, explicó Marisol García, la coordinadora del grupo, tras la concentración. La portavoz del colectivo trabaja en una zapatería, uno de los gremios afectado por un cierre que también damnifica a la mayoría de vendedores ambulantes afincados en Avilés.

“Las leyes injustas son peor que el virus”, rezaba la pancarta de estos últimos, que piden volver a funcionar de nuevo. Para ellos, no tiene sentido que los mercados al aire libre estén cerrados porque se ha probado que en los exteriores, el índice de contagios es mucho menor y, además, no se producen casi aglomeraciones.

La solución que propone el colectivo “De compras por Avilés” y a la que se suman los ambulantes es que las ayudas sean proporcionales a las pérdidas; una relación aproximada a un año en el que no hubiera habido pandemia, porque también están notando una caída de venta estrechamente relacionada con las restricciones: “Hay confusión entre los clientes. Unos estamos cerrados, otros con miedo...”. “El comercio es uno de los sectores más castigados en esta pandemia y las ayudas son insuficientes”, concluyó Marisol García con tristeza.

Reordenación de la plaza

Todo está planificado, por otra parte, para que los ambulantes regresen a la plaza de Hermanos Orbón en las mejores condiciones posibles. Los nuevos sitios de los puestos, en el interior del recinto, han sido ya señalizados y ahora queda hacer lo mismo en los del exterior, en las calles Rui Pérez y la Cámara, para que el próximo día 28 la plaza pueda retomar su actividad al cien por ciento los lunes de mercado. “El cambio lo harán todos a la vez –vendedores ambulantes y zabarceras– para que haya continuidad”, explicó Hugo Martínez, el gerente del mercado.