No le faltaba detalle: calzas en los pies, batín azul, gorro blanco, mascarilla… Estaba rodeada de personas que vestían igual que ella, con guantes, con máscara protectora... Pero no hablaba. Solo intentaba atisbar con una mirada triste qué había más allá de la ambulancia que la trasladaría de Avilés al Credine de Barros. Tenía una cicatriz visible a la altura de la rodilla, tal vez de una cirugía reciente en el Hospital de Cabruñana, donde, como ella, 23 enfermos también evacuados ayer y otros tantos sanitarios dieron positivo en covid en los últimos días. En apariencia solo se puso nerviosa al acceder a la ambulancia mixta que la llevarían a Langreo: quería hacerlo por su propio pie, pero no la dejaron.

Eran poco antes de las 11 de la mañana cuando la dirección del complejo sanitario avilesino decidía al alimón con el Sespa trasladar a la veintena de pacientes contagiados en el Hospital de Avilés, la mayoría mujeres: el primer convoy de Transinsa, con 5 ambulancias, llevó a diez enfermos a Langreo; el segundo, a otros diez al hospital H144 ubicado en la Feria de Muestras de Gijón. Otros tres pacientes permanecen estables en el San Agustín y uno más está en aislamiento domiciliario. La operación finalizó pasada la una de la tarde. La evacuación se determinó como la forma más eficaz para atajar el brote de coronavirus detectado este fin de semana y que afectó a dos de las tres plantas de hospitalización. Con los enfermos en las ambulancias sonaron sirenas. Y Avilés se estremeció: “Ahí van los prubitinos, ojalá tengan suerte”, exclamó una mujer mientras se apuraba a grabar con el móvil la salida de la caravana.

Además de los enfermos que han dado positivo en la prueba PCR, el complejo de Cabruñana suma 23 sanitarios infectados, también en su mayoría mujeres: dos médicos, ocho enfermeras, diez auxiliares y tres estudiantes. Todos presentan buen estado de salud y están en aislamiento en sus domicilios. La previsión del centro es someter de nuevo a los trabajadores y a los pacientes ingresados –actualmente hay 37 y no habrá nuevas hospitalizaciones en los próximos 14 días, aunque sí altas médicas– a un segundo cribado a finales de esta semana: “Es muy posible que en los próximos días tengamos algún caso más positivo”, lamentó ayer el director del centro, Luis Gago.

En el Hospital de Avilés los ánimos están bajos: “Todos estamos afectados, no teníamos ningún caso y no había ninguna sospecha porque cuando la tuvimos se aplicó un protocolo estricto. Nos ha pillado de sorpresa ver que 24 pacientes sin síntomas u oligosintomáticos han dado positivo, ahora hay que seguir su evolución”, recalcó Gago, quien señaló que hace días un médico del centro dio positivo. “Entonces se hicieron pruebas y no había ningún caso”.

El gerente del Hospital de Avilés, pese a todo, quiso lanzar un mensaje tranquilizador. “Los pacientes trasladados están estables y lo que necesitan son, sobre todo, cuidados más que una intervención médica intensiva, que la tendrán si se da el caso que la necesiten”. Que unos hayan sido derivados al Credine de Langreo y otros al recinto ferial de Gijón responde únicamente, explicó, a un reparto equitativo de espacios. “La mayoría de los pacientes que se están trasladando estaban a punto de recibir el alta médica, muchos no han necesitado ni camilla para llegar a las ambulancias”, precisó el especialista mientras una hilera de pacientes y otros tantos profesionales, todos embutidos en trajes de seguridad, apuraba los trámites para la evacuación, que finalizó a la hora de las comidas.

Allí estaban ellas, mayoría. Ninguna hablaba. Controlaban las bolsas de plástico en las que iban sus pertenencias, casi todo ropa. Y miraban lo que se deja ver desde el Hospital de Avilés, encaramado en Cabruñana, antes de ese viaje con billete covid a Barros y Gijón.