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El impacto económico de la pandemia de covid-19

La "marea hostelera" desborda las calles de Avilés

Más de doscientos profesionales de bares y restaurantes se hacen oír en El Parche: piden un rescate que evite la quiebra de sus negocios

La hostelería de Avilés no se da por vencida: Nueva concentración en El Parche para reclamar la apertura de los locales

La hostelería de Avilés no se da por vencida: nueva concentración en El Parche para reclamar la apertura de los locales F. L. J. / M. V.

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La hostelería de Avilés no se da por vencida: nueva concentración en El Parche para reclamar la apertura de los locales Francisco L. Jiménez

Una gota de agua puede pasar desapercibida, pero la unión de muchas puede calar hasta los huesos. Valga el símil para describir la fuerza que creciente que va adquiriendo el colectivo de empresarios y profesionales agrupado en la plataforma "SOS Hostelería", surgida de forma minoritaria como grito reivindicativo y que cada semana que pasa suma nuevos apoyos a su causa. Este mediodía, más de doscientos trabajadores, autónomos o por cuenta ajena, de bares y restaurantes avilesinos han protagonizado una ruidosa concentración en la plaza del Ayuntamiento, frente al edificio consistorial donde la Corporación de Avilés celebraba el Pleno ordinario del mes de noviembre. Los concentrados, apoyados espontáneamente por vecinos que pasaban por la zona, han manifestado su malestar por la "pobreza" de las ayudas económicas aprobadas hace días para aliviar la falta de ingresos en sus negocios, cerrados o reducidos a la mínima expresión como consecuencia de las medidas restrictivas de la actividad impuestas para combatir la pandemia de coronavirus. "Estamos al borde la ruina", han expuesto los hosteleros, que urgen un paquete de medidas a modo de rescate de su sector.

"Psicológicamente estoy destrozada y de noche no pego ni ojo porque me come la ansiedad"

Yamila Borja - Camarera

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"En lo que va de año llevo dos meses y medio que no vi un euro; ahora mismo estoy en ERTE, pero tampoco lo he cobrado. Tengo un niño de 3 años y la economía familiar está temblando, subsistimos gracias a la pensión de incapacidad que cobra mi pareja y a alguna ayuda que nos da la familia. No sé cuánto tiempo más podremos resistir. Psicológicamente estoy destrozada y de noche no pego ni ojo porque me come la ansiedad". La que habla es Yamila Borja, de 23 años, camarera desde hace 16 meses del bar "Folixa" de la calle Rivero. Sus ojeras delatan que lo está pasando realmente mal y la rabia que siente se plasma en la furia con la que golpea una bandeja metálica sumándose a la cacerolada con la que los hosteleros de la ciudad tratan de hacerse oír para que las administraciones públicas atiendan sus peticiones.

La protesta, este mediodía, de los hosteleros avilesinos. Mara Villamuza

El empleador de Yamila Borja es uno de los seis hosteleros que llevan 14 días encerrados en la iglesia de San Antonio de Padua. "A mí en el banco ya no quieren ni verme", asegura dando a entender que ya no le queda de dónde sacar recursos para evitar el cierre de su local. Otro de los encerrados revela que algún colega se ha visto en la necesidad de pedir alimento a las organizaciones benéficas que reparte comida, algo que no descarta para sí mismo "si no cambian pronto las cosas". Los seis encerrados se sumaron a la concentración del Parche a ritmo de tamborada y portando sendas pancartas en las que se leía "Si tú no vienes a la iglesia..." / "...los de la iglesia vienen a ti", un mensaje dirigido a la Alcaldesa, Mariví Monteserín, a la que reprochan no hacer más por auxiliar a los hosteleros.

El hostelero Serafín Nogueiras, propietario del "Café Valentín", estima en un 50 por ciento la caída de ingresos que acumula este año y asegura que, debido a los gastos a los que sigue teniendo que hacer frente, está en negociones con un banco para sacar un préstamo personal. "No me va a quedar otra que empufarme para sobrevivir; es así de triste", lamenta en medio del estruendo organizado por quienes como él ven en peligro su modus vivendi. Igual de negro ve el panorama Eduardo Mariño, que gestiona el bar "La Llave" del Quirinal junto a su pareja, Montserrat Rodríguez: "Hemos tenido que romper la hucha, pero nada es infinito. La austeridad y el control del gasto se han impuesto en nuestra vida doméstica a un nivel como nunca antes", explican.

La protesta, este mediodía, de los hosteleros avilesinos. Mara Villamuza

Siete agentes de la Policía Local han vigilado la protesta hostelera, que en un momento dado se acercó a los soportales del ayuntamiento para depositar allí pancartas reivindicativas. Los ecos de la ruidosa concentración se oían incluso en la plaza de Carlos Lobo, donde los seis encerrados en la iglesia de San Antonio sacaban una lectura positiva de la jornada: "Nos hemos emocionado por el recibimiento que nos dieron nuestros compañeros y por ver cómo está creciendo el apoyo a nuestra causa. Lo vivido es un chute de moral y nos ratifica en la voluntad de seguir encerrados hasta que se presente un plan verdaderamente útil para evitar la ruina de los bares y restaurantes", manifestó una portavoz del grupo. Los hosteleros encerrados agradecen las numerosas muestras de apoyo recibidas, tanto particulares como gremiales. Entre estas últimas, destacan la solidaridad de hosteleros que tienen abierto para vender cafés o comida para llevar y que les donan alimentos, la de los distribuidores y agentes comerciales que están pendientes de sus necesidades y la de la cooperativa de taxis "Villa del Adelantado", que les ha ofrecido servicios gratuitos en cualquier momento si llegasen a necesitarlos. "Estamos abrumados por las muestras de apoyo, gracias de todo corazón", agradecen.

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