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El reloj de la torre de La Ribera enmudece

Las labores de retirada de la centenaria campana comenzaron ayer, en Luanco, y en los próximos días se instalará la nueva pieza

Piezas de la torre del reloj de Luanco

El reloj de la torre de La Ribera de Luanco se ha quedado mudo. Ayer se retiró la campana que desde hace más de 300 años marca el tiempo a los luanquinos. Pero el silencio durará poco: en los próximos días se instalará la nueva campaña que dará las doce campanadas el 31 de diciembre, la bienvenida a 2021, un año que la humanidad espera que sea mejor que este que termina protagonizado por la pandemia del coronavirus.

“Se retiró la vieja campana, que vamos a restaurar, y ya estamos estudiando un lugar al aire libre para que la pueden contemplar todos los ciudadanos. Es una campana que tiene siglos y no vamos a deshacernos de ella, todo lo contrario”, señaló el alcalde, Jorge Suárez. “También se está quitando la vieja estructura metálica que la sostenía porque está en malas condiciones y se pondrá un nuevo soporte para instalar la nueva campana, que ya está terminada”, añadió.

El proyecto completo, con la puesta a punto del reloj, tiene un presupuesto de unos 20.000 euros. “La torre del Reloj es un edificio emblemático que había que rehabilitar. Empezamos con el reloj y ahora la campana. Si no surgen problemas, el nuevo instrumento dará las campanadas de Fin de Año. En unos días cuando esté instalado el nuevo soporte pondremos la campana”, manifestó el Alcalde.

Los hermanos Portilla, Marcos y Abel, fueron los encargados de construir la nueva campana en su taller de Cantabria. El peso de la nueva pieza ronda los 350 kilos, lo que la convierte en una campana de tamaño medio dentro de las de su género. El nuevo instrumento está fabricado en aleación de bronce para campanas (80 por ciento de cobre y 20 por ciento de estaño, con la técnica de cera perdida). Y en cuanto a su boca (circunferencia inferior) será de 99 centímetros”. La nueva campana carece de badajo y se le acoplará un mazo mecánico para que suene.

En la construcción de la pieza nada ha quedado al azar para que las generaciones futuras conozcan su historia. Lleva grabada la inscripción: “Me hicieron en el año 2020 para esta torre del Reloj de Luanco” y en el anverso, el escudo de Gozón. La campana que se retiró ayer tiene la inscripción “Facta fui en Gauzón. 1752”.

El reloj de La Ribera de Luanco se limpió y restauró hace dos meses. Las labores de puesta a punto de la maquinaria coincidieron con el centenario del reloj que se instaló en 1920 a iniciativa de la Unión Gozoniega de La Habana, que donó 6.000 de las antiguas pesetas para la causa. Antonio Roca, marino mercante y especialista en relojes fue el encargado de los trabajos de mantenimiento del reloj de La Ribera. También participó en la limpieza la empresa especializada, Libein Sistema para quitar la grasa acumulada durante años ya que se necesitaron unas máquinas especiales para esas labores. El reloj y la nueva campana anunciarán a los luanquinos el ansiado año 2021 y el adiós a 2020.

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