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“Nos mataron”, el grito desesperado de la hostelería

“Vivimos al día, no nos queda nada”, claman ante el Ayuntamiento decenas de hosteleros

Los hosteleros de Avilés vuelven a salir a la calle: "La situación es muy jodida, estamos al límite"

Los hosteleros de Avilés vuelven a salir a la calle: "La situación es muy jodida, estamos al límite" Amaya P. Gión

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Los hosteleros de Avilés vuelven a salir a la calle: "La situación es muy jodida, estamos al límite" Amaya P. Gión

Jorge Borrego Bulnes tiene cuatro hijos, una sidrería cerrada a cal y canto y deudas que no paran de crecer desde el confinamiento de la pasada primavera. Es uno de los hosteleros que se encerró en la iglesia de San Antonio de Padua días atrás para reclamar más ayudas y de los que salió ayer de nuevo a la calle para protestar: “No percibo ningún tipo de ayuda y las facturas siguen entrando, las del negocio y las de casa. Tengo miedo a perderlo todo”. Borrego Bulnes lleva “treinta trabajando sin parar”. “Y con 45, me veo en esta situación… Es muy importante recibir algún tipo de ayuda para poder pagar las deudas. Me siento como si me ataran las manos y me mandaran cavar una zanja”, explicó.

Varias decenas de hosteleros, convocados por la asociación SOS Hostelería, protagonizaron ayer una nueva protesta en El Parche, ante el Ayuntamiento de Avilés. Silbato en boca, pidieron a gritos la dimisión de la alcaldesa Mariví Monteserín.

“Nos mataron”, el grito desesperado de la hostelería

“Nos llevan a la ruina”, rezaba el cartel que sostenía Ana Isabel Martín González, con negocio en El Quirinal. “Deber no debo nada, pero los ahorros se están acabando. No voy a pagar un recibo más porque no voy a dejar a mis nietos sin Reyes. Del aire no vivimos”, señaló.

“La situación es muy jodida. Estamos al límite, sin un duro y hay que comer. Encima hay que seguir pagando todo lo que nos va llegando: el agua, la luz, todo… y encima con la subida de autónomos. No sabemos qué vamos a hacer. Vivimos al día y ya no nos queda nada”, narró Justo Fernández Fernández, 36 años tras la barra en un bar del barrio de La Luz.

“Nos mataron”, el grito desesperado de la hostelería

Para el hostelero Manuel Tíscar, con restaurante en pleno casco histórico de Avilés, los 400 euros de la ayuda municipal “son casi un insulto”. “Aparte de sostener la familia hay que mantener el negocio en pie: autónomos, la Seguridad Social de los empleados, la luz, tarifas de agua y basura, terrazas. Todo eso hay que pagarlo sin ingresar nada. Y comer. Y todo con una promesa de 400 miserables euros”.

Las deudas ahogan a Susan Ferro –todavía debe parte de lo que le llevó la crisis de 2008– y le impiden acceder a las ayudas que convocan las distintas administraciones. “Nos mataron, pero saldremos”, señaló optimista.

Tras la concentración en El Parche, los manifestantes se trasladaron a la plaza de Carlos Lobo para mostrar su apoyo a la Asociación SOS Cafeterías de Instituto de Asturias. Allí les esperaban Yolanda Rodríguez, vicepresidenta de la asociación, y Félix Juan Rodríguez García, tesorero. Este colectivo sopesa acudir a los tribunales dada la situación en la que se encuentran desde el pasado marzo: “Estamos en la calle 126 familias, no tenemos ninguna ayuda porque no podemos acceder a ellas. O pagas autónomos o comes. La gente decidió comer. Así que tampoco se pudo acceder a las ayudas… Estamos con una mano delante y otra detrás”, protestó Rodríguez. El colectivo teme que se quiera acabar con su sector. Y es que, sostienen, en los centros están entrando máquinas expendedoras.

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