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La empresa Matadero de Avilés cierra sus puertas ahogada por las deudas

“La sociedad no es capaz de generar dinero ni para hacer frente a los gastos diarios”, señalan sus administradores concursales

Instalaciones del Matadero de Avilés. Mara Villamuza

La empresa Matadero de Avilés, Carne de Asturias, S. L. (Mavicar es su nombre comercial) va a cerrar sus puertas porque no puede hacer frente a las deudas contraídas, que son millonarias. “La sociedad no es capaz de generar dinero ni para hacer frente a los gastos diarios”, diagnosticó ayer Juan Jesús Menéndez, que es el administrador concursal de la empresa avilesina en representación de la empresa ovetense GDB Concursal.

La intervención de Menéndez se centró en la redacción de un convenio para señalar el desarrollo de los pagos a los que tiene que hacer frente la sociedad avilesina. Esta labor fue la que le encargó el juzgado de lo Mercantil Número 1 de Oviedo a comienzos de este año (concretamente, el pasado 24 de enero). Ese convenio no ha salido adelante y, en consecuencia, la sociedad sólo tiene una salida: la liquidación. El poder ejecutivo de la compañía lo siguen manteniendo los socios (veinticuatro, procedentes del gremio de las carnicerías). Es decir, son ellos los que tienen que determinar cuándo bajarán la persiana de manera oficial. Su administrador concursal, en todo caso, considera que la situación es grave porque “la actividad no cubre”.

La deuda de Mavicar es casi toda con una caja de ahorros asturiana y se corresponde a un crédito hipotecario que los socios de la compañía solicitaron para hacer frente a una ampliación de las instalaciones. Además, cuenta con una deuda de cerca de medio millón de euros con un gran proveedor aparte de la que viene de los gastos corrientes. El agujero final es de casi dos millones.

La empresa en concurso de acreedores cuenta con una veintena de empleados y otros tantos socios, su dirección intentó por sí misma salvar la situación a base de varias ampliaciones de capital (2018 y 2019, las últimas). Los precios del Matadero Central –su principal competidor– son una de las explicaciones del declive de una sociedad que echó a andar en febrero de 2006. Estos precios de Noreña son muy competitivos.

Según fuentes consultadas, existe otro problema: el tamaño de las instalaciones avilesinas. Son demasiado grandes para la capacidad de producción que la compañía ha tenido en los últimos meses. Entre una cosa y la otra el déficit de la sociedad avilesina se ha convertido en inasumible. Los veinticuatro socios que crearon la empresa Mavicar invirtieron 3,5 millones de euros para ponerla en marcha.

El servicio de matadero fue uno de los de que tradicionalmente había ofrecido el Ayuntamiento de Avilés, es decir, tenía trabajadores eran públicos. La liberación del sector fue el incentivo para que la mayoría de los concejos lo abandonasen. A comienzos de este siglo, Avilés se propuso crear una empresa (y no un negociado) para matar animales. No salió adelante. Cinco años después optó por su venta. Legalmente, Avilés no tenía que mantener un matadero público. Para proceder a esta venta, el Ayuntamiento negoció con los trabajadores: habían entrado a través de una oposición, es decir, tenían categoría de laborales. No salió adelante la primera propuesta. El Consistorio entonces determinó redistribuir a la plantilla, principalmente, por las brigadas municipales. Matadero de Avilés, Carne de Asturias seleccionó a su personal de manera directa aunque hasta la primavera de 2006 contó una decena de empleados municipales en labores formativas.

La empresa. Matadero de Avilés, Carne de Asturias tiene forma de Sociedad Limitada y opera bajo el nombre comercial de Mavicar. La empresa hereda la actividad de la instalación que vendió el Ayuntamiento.

Deuda. La deuda mayor es un crédito hipotecario celebrado con una caja de ahorros asturiana, pero también cuenta con una deuda media con un proveedor importante:_casi dos millones de euros.

Concurso. El 24 de enero, la magistrada titular del juzgado de lo Mercantil Número 1 de Oviedo declaró el concurso voluntario y abreviado a la sociedad avilesina. De tal modo que nombró un administrador concursal. 

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