La venta de las naves y de la finca que posee la empresa Matadero de Avilés, Carnes de Asturias (Mavicar es su nombre comercial) es la única salvación de una sociedad hundida en un pozo tan profundo de deudas que roza los dos millones de euros.

“La expectativa que tenemos es poder venderlo todo. Así podríamos hacer frente a los gastos”, señaló Juan Jesús Menéndez, que es el administrador concursal de la empresa avilesina en representación de la empresa ovetense GDB Concursal. “Vender la unidad productiva es una cosa que veo difícil en la actual situación”, señaló el encargado por el juzgado de lo Mercantil Número 1 de Oviedo a comienzos de este año (concretamente, el pasado 24 de enero) de la gestión comercial de una compañía en sus peores horas desde 2006, que es cuando echó a andar de acuerdo con 24 socios procedentes del gremio del comercio de la carnes.

La empresa está pendiente de que se apruebe el inicio de la fase de liquidación. Esto significa, según la ley de Sociedades de Capital, que hay que convertir en dinero todo lo que posea la compañía. Sus valores más importantes, según el criterio de Juan Jesús Menéndez, son el solar y las naves (en el polígono de Las Arobias). “No hemos recibido ninguna oferta oficial, aunque sabemos que esto está despertando interés”, apuntó el administrador concursal.

La deuda de Mavicar es casi toda ella con una caja de ahorros asturiana y se corresponde a un crédito hipotecario que los socios de la compañía solicitaron para hacer frente a una ampliación de las instalaciones. Además, cuenta con una deuda de cerca de medio millón de euros con un gran proveedor aparte de la que viene de los gastos corrientes. El agujero final es de casi dos millones. El representante de la magistrada señala que la situación es tan grave como para que la sociedad no pueda hacer ya a los gastos de la gestión del día a día.