El mecánico avilesino Iván García Buelga, dos de sus hijas y el marido de una de ellas fallecieron la noche del pasado martes, en Gran Canaria, después de que el vehículo en el que circulaban se despeñase por un barranco de 75 metros de altura. Ninguno de los cuatro ocupantes del vehículo sobrevivió. Una hija y hermana de las víctimas que reside en Avilés, Raquel García Bolaños, recibió ayer el mazazo de la noticia. Una de las hijas fallecidas, Marta García Bolaños, había residido en Asturias y estudió dos años en el instituto de Roces de Gijón.

El siniestro se produjo en la carretera que conecta las localidades de Artenara con Valleseco. Un operario de mantenimiento de Carreteras dio la alerta, en la tarde de ayer, 18 horas después del accidente, al ver varios quitamiedos destrozados y un turismo despeñado. Cuando un rescatador del helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) pudo llegar al lugar, confirmó el fallecimiento de los cuatro ocupantes. Las víctimas residían en Artenara.

Las primeras indagaciones de la Guardia Civil de Tráfico apuntan a que el siniestro se pudo producir entre las nueve y las diez de la noche de anteayer, martes, 8 de diciembre. El padre, el mecánico asturiano Iván García Buelga, sus dos hijas Marta y Rita García Bolaños, y el marido de esta última, el piloto de aviones británico de nombre Richard, abandonaron la casa familiar tras visitar a la abuela. Era de noche, hacía mal tiempo, con lluvia y neblina. Por delante tenían un largo trayecto hasta llegar al barrio de La Isleta, en Las Palmas, donde vivían. El accidente ocurrió a los cuatro kilómetros de salir del casco urbano de la localidad de Artenara. En una curva a la derecha, el coche se salió de la vía por el margen izquierdo, colisionó contra varios quitamiedos de hormigón que se encuentran en un tramo de apenas 20 metros entre dos vallas de seguridad, y se precipitó a un barranco.

Los cuatro fallecidos en el accidente.

Como indicó ayer el alcalde de Artenara, Jesús Díaz, en este punto se han producido varios accidentes de este tipo. Sin embargo, hasta ahora los arbustos de más de un metro de altura conseguían retener los vehículos antes de que se despeñaran hasta el fondo de Barranco Hondo de Arriba, a los pies de los Pinos de Gáldar. En esta ocasión, la naturaleza nada pudo hacer por evitar el brutal accidente. El incendio que arrasó gran parte de esta zona el pasado año convirtió los arbustos en palos esqueléticos que se quiebran con facilidad. Así, el turismo dio varias vueltas de campana hasta que a unos 120 metros de profundidad detuvo su trayectoria.

A esa hora, nadie más circulaba cerca y nadie se percató de lo ocurrido. Tampoco durante gran parte del día de ayer. Poco después de las tres de la tarde, un trabajador de la empresa encargada del mantenimiento de las carreteras de Gran Canaria vio cómo dos de los petriles estaban destrozados. Al asomarse consiguió ver al fondo un coche de color blanco. Fue entonces, a las 15.48 horas, cuando llamó al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) y comunicó lo ocurrido ante la sospecha de que pudiera haber personas atrapadas en su interior.

Un helicóptero sobrevuela el lugar del accidente, con el vehículo siniestrado abajo.

La sala de emergencias movilizó de inmediato al helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias, así como a Bomberos del Consorcio que acudieron desde los parques de Gáldar, Telde y San Mateo. Los rescatadores fueron los primeros en personarse en el lugar. Uno de ellos consiguió situarse junto al vehículo y confirmó el fallecimiento de los cuatro ocupantes.

El lugar en el que se encontraba el vehículo, con riesgo de caer aún varios metros más, así como las condiciones meteorológicas, con niebla persistente y lloviznas, hicieron inviable recuperar los cuerpos por vía aérea. Los bomberos, con la colaboración de Protección Civil de Artenara y Valleseco, valoraron realizarlo por tierra, aunque el amplio dispositivo descartó cualquier maniobra ante la peligrosidad que suponía. Así, el juez en funciones de guardia del partido de Santa María de Guía tomó la decisión de posponer la recuperación de los cadáveres hasta primera hora de la mañana de hoy. Si las condiciones meteorológicas lo permiten, la operación se tendrá que realizar a través del helicóptero, según informaron fuentes de los recursos que participaron en el servicio.

El rescate de los cuerpos.

La fallecida que residió en Gijón, Marta García Bolaños, estaba diplomada en Trabajo Social en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Era considerada por quienes la conocían una persona muy activa, que participaba en citas deportivas y lúdicas, lo que la llevó a estudiar también el curso de técnico superior de Animador Sociocultural en el IES Roces de Gijón, en Asturias, antes de los estudios universitarios.

Mientras que sus dos hermanas residían fuera de la isla (Raquel García Bolaños, en Avilés, y Rita García Bolaños, en Inglaterra, con su marido), Marta había regresado a Gran Canaria, donde vivía. En las últimas elecciones municipales, incluso, hizo una incursión en política y se presentó por Ciudadanos al Ayuntamiento de Artenara como número 2.

Una dramática pérdida familiar para una conocida comerciante y patrocinadora de varios clubes

El accidente ocurrido en la isla de Gran Canaria es un mazazo para la avilesina Raquel García Bolaños, que ha perdido de golpe a su padre, a dos hermanas y a un cuñado. Raquel García Bolaños es muy conocida en medios deportivos de la comarca de Avilés por regentar Bikila, una tienda de artículos deportivos situada en la calle José Cueto, muy cerca de la pista de atletismo Yago Lamela y del complejo deportivo Avilés, en la zona de El Quirinal. Desde que abrió su negocio en 2014, la comerciante ha prestado apoyo decidido a los practicantes de atletismo, más allá de la venta de material especializado y de proporcionar asesoramiento. En su faceta de mecenas del deporte, García Bolaños ha patrocinado con el nombre de su tienda a clubes como Esportate Avilés y a atletas de élite como Manu Guerreiro, entre otros.