La Guardia Civil ha aprehendido 236 kilos de cannabis sativa procedente de una plantación habilitada dentro de una vivienda de Castrillón. La droga era cultivada, en concreto, en un chalet adecuado totalmente para esa actividad, habiéndose realizando incluso un enganche subterráneo ilegal al fluido eléctrico para que no fuera detectado desde el exterior. Diecinueve de los 236 kilos fueron interceptados en el interior de una furgoneta que transportaba la droga supuestamente hacia Madrid.

La Guardia Civil de la Comandancia de Gijón detuvo el pasado 7 de diciembre, en el marco de la operación “Deloto”, a una persona tras sorprenderle con 19 kilos de cannabis sativa en el interior de la furgoneta en la que viajaba. La droga estaba oculta en el interior de fundas de cojines, envasada al vacío en bolsas de 1,5 kilos aproximadamente. El detenido fue puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Avilés, que decretó su ingreso en prisión.

La operación se inició el pasado mes de abril, tras tener conocimiento de la existencia de un fuerte olor a marihuana que emanaba de un chalet sito en la zona rural de Castrillón. Los vecinos se quejaban de la persistencia del intenso olor, ante lo cual se iniciaron las investigaciones que derivaron en la operación “Deloto” tras determinarse la posible existencia de un centro de producción de droga en la citada vivienda.

En los nueve meses de investigación se pudo constatar que en la vivienda residía una persona de origen asiático, supuestamente encargada del cuidado del cultivo de la droga, la cual no realizaba salidas de ningún tipo, ni siquiera para el suministro de las necesidades personales como comida, de las cuales se encargaba otra persona de idéntica nacionalidad, con residencia en Gijón. De igual manera, se pudo comprobar que el contrato de alquiler había sido realizado en el año 2018, por otra persona también de origen asiático, reafirmando de esta manera las sospechas de la existencia de un grupo organizado dedicado al cultivo y tráfico de drogas.

El pasado 17 de noviembre se observaron movimientos sospechosos que permitían suponer un inminente traslado de droga, ante lo cual se intensificaron las vigilancias. En la mañana del 7 de diciembre se pudo constatar que se iba a llevar a cabo lo que parecía un transporte, estableciéndose un dispositivo policial para interceptarlo. Como suele ser habitual en estos casos, se utilizó un vehículo lanzadera y una furgoneta con la droga, siendo interceptada en la A-66. En el registro del vehículo se localizaron 19 kilos de cannabis sativa envasada al vacío (para que no se detecte el olor) en bolsas de plástico.

Tras proceder a la detención de su conductor, Z. J. de 39 años y vecino de Madrid, se procedió al registro de la vivienda vigilada, pudiendo constatar la existencia de un laboratorio clandestino en su interior, donde se localizaron otros 217 kilos de cannabis, además de toda la infraestructura necesaria para su cultivo y mantenimiento. El morador se había dado a la fuga, posiblemente avisado de la interceptación de la furgoneta con la droga por la Guardia Civil.

Como suele ser habitual también en estos casos, el suministro eléctrico había sido modificado, realizándose un enganche subterráneo para abastecerse de manera ilícita de la elevada cantidad de energía que requiere este tipo de instalaciones. En base a la experiencia policial en investigaciones similares llevadas a cabo en diferentes puntos del territorio español en estos últimos años, el modus operandi seguido por este tipo de organizaciones forma parte de un entramado íntegramente asiático y muy hermético; en raras ocasiones integran a nacionalidades de otros países entre sus miembros, ni efectúan ventas de drogas mediante intermediarios, por lo que se ocupan de todas las fases de cultivo, preparado, envasado y distribución.

La marihuana cultivada en plantaciones interiores situadas en lugares aislados es preparada y envasada para realizar envíos mediante empresas de mensajería desde diversas localidades e incluso desplazándose a diferentes provincias españolas, sirviéndose de los canales empleados para el comercio de mercancías, para evitar así ser detectados y relacionados con su lugar de asentamiento. Frecuentemente el envío se realiza junto al resto de paquetería que contiene artículos típicos de bazar asiático entre los que esconden la droga, siendo los destinos de envío de manera preferente países del norte de Europa, donde el valor de la droga se multiplica. El tipo de cultivo es intensivo, mediante la selección de semillas y sistemas de climatización y sistemas de riego cuyo objetivo principal es la de maximizar la producción.

En la operación fueron intervenidos los siguientes efectos: 236 kilos de cannabis sativa, además de diversos útiles dedicados al cultivo y elaboración de marihuana tales como macetas, bolsas de empaquetado, reflectores, ventiladores, tubos para la canalización de aire, balanzas de precisión, un teléfono móvil, el vehículo utilizado para el traslado de la droga (furgoneta Mercedes Vito) y 1.300 euros en metálico.