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Versalles elimina controversias entre árbol y belén: los dos en la parroquia

El cura avilesino David Cuenca, haciéndose eco de palabras del Papa, defiende el carácter cristiano del árbol decorado

David Cuenca bendice el árbol y el belén M. Villamuza

La disquisición que todos los años surge por estas fechas al respecto del carácter pagano del árbol de Navidad frente al marcado carácter cristiano que tiene la tradición del belén (escenificación del nacimiento de Jesús) no generará conflictos al menos en la unidad parroquial de San Agustín (barrios de La Magdalena y Versalles), pues el sacerdote titular, David Cuenca, ha optado por integrar el primero en la tradición católica de modo que no ha lugar a dilemas: árbol y belén pueden cohabitar en casa, defiende el cura, sin que la colocación del primero genere “crisis de fe”.

En un mensaje enviado a sus feligreses, Cuenca parafrasea al papa Francisco, que defendió el “carácter icónico” tanto del árbol de Navidad como del belén y animó a poner ambos “porque contribuyen a crear una atmósfera favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor y, particularmente, son un signo de esperanza”.

David Cuenca amplía el mensaje papal con un llamamiento a la caridad, especialmente “la dirigida a las personas mayores y a las familias necesitadas no ya de alimentos –que también–, sino de ayudas para el pago de alquileres, hipotecas y gastos del hogar como la energía”. Y este sentido, el párroco de San Agustín celebró “la acción social que desarrollan las diferentes cáritas parroquiales”.

Volviendo a la “cristianización” del árbol de Navidad, comúnmente tenido por un símbolo pagano, Cuenca bebe de fuentes documentales que, efectivamente dan cuenta de cómo la Iglesia católica hace ya muchos siglos que hizo suya la tradición laica de decorar un árbol perenne en los últimos días del año a modo de señal de prosperidad. Tal costumbre, según fuentes históricas, entronca con una tradición mesopotámica exportada a Europa en 1605 y que habría llegado a España en 1870 de la mano de la princesa de origen ruso Sofía Troubetzkoy, quien contrajo nupcias con el aristócrata español José Osorio y Silva, marqués de Alcañices.

Bajo el punto de vista de los teóricos del simbolismo cristiano del árbol de Navidad, su estética triangular (por ser habitualmente una conífera) representa a la Santísima Trinidad; las luces (antiguamente velas) simbolizan la luz de Cristo, las bolas habrían sido antiguamente manzanas (en alusión a los frutos del árbol del Paraíso), los lazos vendrían a simbolizar la unión de las familias y demás personas queridas y la estrella que suele coronar el árbol, obviamente, se correspondería con la que guió a los Reyes Magos al portal de Belén.

Los interesados en llevar a casa la Luz de Belén deben hacerlo en un farol propio

La parroquia de San Nicolás de Bari ha adaptado las tradiciones navideñas a la situación sanitaria extraordinaria derivada de la pandemia de covid, de modo que algunas actividades se suspenden y otras modifican sus rutinas. El reparto de la Luz de Belén –los jóvenes scouts de Austria encienden en la ciudad de Belén, lugar del nacimiento de Jesús, una luz que después distribuyen por el mundo entero–, se mantendrá, pero a diferencia de otros años no se entregarán velas a los fieles para evitar contagios sino que cada cual debe llevar un farol o cirio propios. El reparto será el jueves, día 24, a partir de las 17.00 horas y en el exterior del templo para garantizar las distancias de seguridad y la ventilación adecuadas. En caso de lluvia, en el interior del pórtico. Además, por motivos de seguridad se suspende la tradicional Misa del Gallo que se viene celebrando ininterrumpidamente (excepto 1936) desde hace décadas en la parroquia. Habrá misa de vigilia habitual a las 20.00 horas y a la medianoche se retransmitirá en directo desde la iglesia por Facebook una oración.

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