El año se presentaba sobresaliente: actuaciones en Asturias, en Cantabria, Galicia, Madrid... Pero Joaquín Pajarón no salió de Villaviciosa, donde reside: la crisis sanitaria se llevó por delante buena parte de sus proyectos. Pero ahora regresa, y lo hace por la puerta grande: a mediados de mes actuó en Oviedo, esta tarde (19.30 horas) trae al teatro Palacio Valdés su espectáculo “En demasía” y el 9 de enero cerrará el triplete asturiano en la Laboral, en Gijón.
–Después de meses de teletrabajo, colgando vídeos en internet, ¿tiene ganas de regresar al teatro?
–Empecé 2020 con muchas ganas, pero finalmente ha sido un año perdido en cuanto a disfrutar del teatro, lo eché mucho de menos. Tenía ganas de escuchar las risas de la gente. Y tengo muchas ganas también de estar en el Palacio Valdés, un sitio mágico para estar cerca del público.
–¿Qué tiene en contra del pantalón tobillero que protagoniza una parte de su monólogo?
–La llegada del hombre a la Luna, las etiquetas de la ropa, la cena de Navidad, las vacaciones en las redes sociales y sí, el pantalón tobillero, están en la estructura del monólogo, aunque suelo improvisar, en el escenario me dejo llevar. Suelo pensar mucho cuando estoy segando, y ahí se me ocurrió lo del pantalón tobillero: la cosa es que ahora se sale a la calle sin calcetines y al llegar a casa nos los ponemos...
–¿Y qué va a contar del hombre en la Luna?
–Me gusta mucho la historia y me llamó la atención el papel de Michael Collins, que fue hasta la Luna y no la pisó. Creo que es un chiste que entendemos muy bien los asturianos, que aunque se hagan cosas "grandonas", como la de este hombre, que tenía una misión tan importante, buscamos la gracia.
–En estos tiempos de covid, ¿es un buen momento para hacer humor?
–Se puede hacer humor siempre que se haga con respeto. Yo nunca me río de la gente y sí de mi mismo, mucho. Sobre el coronavirus igual no se pueden hacer chistes pero sí sobre las fases de la desescalada, que si la cero, que si la uno... Un chiste si está bien contado, el momento es oportuno y la situación es correcta, puede hacer reír incluso en un funeral.
