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Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

“Fue distinto pero me gustaron mucho las actuaciones”, coincidieron los asistentes al espectáculo en tres pases en la Magadalena que sustituyó a la habitual cabalgata

Melchor, Gaspar y Baltasar, ayer, saludan a los niños tras la gala de recepción celebrada en el Pabellón de La Magdalena, con el primero de ellos en la pantalla. | Ricardo Solís

“Los Reyes Magos son lo más”, afirma Pelayo España Iglesias, de 10 años, nada más salir de la gala de Sus Majestades de Oriente en el Pabellón de La Magdalena. Lo expresa con unos ojos llenos de ilusión y nerviosismo. Algo lógico para un niño cuando se trata de la noche más mágica del año y todo, pese al covid. “Fue distinto –se refería a las habituales cabalgatas– pero me gustaron mucho las actuaciones”, señaló el pequeño, ya camino de su casa y con la idea de acostarse bien pronto. “Las cosas para hacerlas bien hay que hacerlas tres veces, pero el coronavirus solo da una oportunidad”, señaló una madre en la cola de la segunda de las tres funciones pensadas para evitar aglomeraciones en el pabellón, aún así hubo sillas vacías y las que había, estaban bien separadas. “Podemos ver a través de las mascarillas y percibir vuestra ilusión, nunca dejéis de brillar”, señaló el rey Melchor en su discurso.

Lluvia ee serpentinas entre los asistentes. | Ricardo Solís

Era tal la ilusión de algunos chiquillos que ni se acordaban de qué regalos habían pedido a los Reyes. Le pasó a Nicolás Fernández, de diez años. Cloe Zapico, de cinco, llevó incluso una carta con sus peticiones y explicó que en su casa dejó “zanahorias y tres vasos de leche” para Sus Majestades. Todo antes que la gala comenzara. Y Laia Zapico Casado, de tres años, pasaba como podía sus nervios “tras varios días casi sin dormir”.

Un grupo de “seres mágicos”, ayer, durante la gala y en el círculo, cola para entrar al primer pase. | Ricardo Solís

Un grupo de “seres mágicos”, ayer, durante la gala y en el círculo, cola para entrar al primer pase. | Ricardo Solís

De repente, en la pantalla que presidía el pabellón sale una nave espacial con “Epifanio” al volante, un ser de otro planeta que a la postre sería el conductor de la gala junto a la Princesa Alegría. Mientras tanto, los niños esperaban, algunos inquietos, la presencia real. El primero en entrar en escena fue el Príncipe Aliatar a lomos de un caballo y se llevó los aplausos que un cartero real merece en una jornada como hoy. Tras él, su séquito también a caballo.

Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

Melchor y picos de Europa

Cuando algunos pequeños todavía no se habían repuesto de ver al mismísimo Aliatar ante sus expresivas miradas, Melchor, procedente de los antiguos reinos europeos, conducía su camello por el pabellón, todo antes de sentarse en su trono. Mientras, imágenes de los Picos de Europa inundaron la sala. “Es mi favorito”, indicó Alejandro Menéndez, de ocho años, que aplaudió y coreó el nombre del primer rey, como todos los presentes. Cada monarca trajo consigo un espectáculo: Melchor regaló un show de acrobacias a cargo de su séquito. A más de uno dejó boquiabierto los juegos y movimientos entre telas y con tonos rigurosamente blancos. Y después llegó Gaspar, también sobre un camello y en la pantalla, fotografías y vídeos de tierras asiáticas, de la India, del Taj Mahal y acompañado de un grupo de bailarinas con velos y movimiento, las “gasparinas” que llamó “Epifanio”. Entonces llegó Baltasar, también en camello. Los tambores africanos adelantaron su presencia. Y junto a él, un séquito de artistas que interpretaron música senegalesa en wolof, idioma que comparten con Gambia.

Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

Asturias siempre está presente en la cabalgata y con ella, las gaitas. La banda “Urriellu” desfiló por el pabellón delante del carro del país conducido por José Luis Ondina y tras ellos, un grupo de mineros capitaneados por el “señor Maddock” que portaban el carbón extraído de los pozos asturianos transportado en vagonetas. Cuando niños y adultos esperaban ya el discurso de los Reyes Magos, un grupo de acróbatas, hadas, seres mágicos y zancudos, todos de blanco, salieron a escena para darle un toque mucho más vibrante a la tarde y de paso lanzar al aire pequeñas plumas blancas.

Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

Los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, ya estaban en sus tronos, situados en lo alto del escenario. Y los pequeños esperaban inquietos por sus palabras, por el discurso por el que llevan esperando todo un año. Melchor fue el primero en abrir fuego. Deseó felicidad a los más pequeños, recordó que Sus Majestades de Oriente reparten “regalos, magia e ilusión” . También tuvo un “saludo grande” para los pequeños que seguían la gala de Reyes Magos desde sus casas a través de internet. “Ha sido un año difícil y el que no habéis podido cumplir vuestros deseos como salir a jugar, visitar a los abuelos, que sepáis que estamos orgullosos porque sois un ejemplo”, indicó desde su trono Melchor para referirse al confinamiento y estos duros meses de pandemia con parques cerrados y distanciamientos sociales. También incidió en la importancia del estudio y de sacar buenas notas. Eso sí, pidió a los niños que se acostaran pronto.

Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

Gaspar cogió el testigo y recordó a los niños lo bien que se habían portado este año –requisito indispensable para recibir regalos–. Avanzó que los Reyes Magos iban cargados de regalos para todos, niños y no tan niños que mantienen firme la ilusión de la noche más mágica del año. Gaspar no quiso olvidarse en su discurso de los “pajes, secretarios y ayudantes” que les echan una mano en el duro reparto. Baltasar recordó a los pequeños que los Reyes Magos visitarán todas las casas durante la noche, pero para ello, los más pequeños han de estar dormidos. “Dejad agua para los camellos que vienen cansados después del largo viaje”, apuntó Baltasar, cuando un espectáculo de luz llenó la sala, cayeron serpentinas y la ilusión con la que habían acudido los pequeños a la gala de Reyes Magos en La Magdalena era aún mayor.

“Viste qué guapo, mamá”, se oía comentar a un niño de unos siete años a la salida del primero de los tres turnos para ver el espectáculo. Los críos marchaban encantados y mientras los Reyes Magos ya comenzaban a preparar su larga noche de reparto. Les quedaba tarea. Y más aún, como indicó Baltasar, antes del comienzo de la gala: “El viaje hasta Avilés tuvo varias dificultades, el paso por las montañas, por lagos helados pero aún así, merece la pena para traer alegría a los niños, que este año se han portado muy bien”. Gaspar habló del “maravilloso viaje” hasta Avilés aunque por momentos “llegó a ser tortuoso”. “Llevamos ilusión y regalos para todos”, señaló para dar paso a Melchor que también se refirió al “largo pero satisfactorio” viaje en camello hasta el Pabellón de La Magdalena. “Ahora solo tocar reponer energía para seguir repartiendo ilusión y regalos por las casas”, comentó antes de volver a subirse al camello que le ha acompañado desde el inicio de su largo trayecto.

Melchor, a los niños: “Estamos orgullosos, sois un ejemplo”

Ahora, Nadia Fernández, de tres años, estará abriendo varios paquetes de regalos que los Reyes Magos dejaron en su casa. Al menos, unos patines y un perro de juguete. Héctor Tercero disfruta ya de un Scalextric. Los hermanos Velasco, Juan, Nora y Henar, también se fueron encantados de la gala “por sus luces” y claro está, por la presencia de Sus Majestades de Oriente. Juan, el mayor de los tres, hoy ya podrá jugar con su patinete de tipo scooter.

“Que lo Reyes Magos nos traigan mucha salud”. Fue la petición que hizo ayer a sus Majestades de Oriente, la alcaldesa de Castrillón, Yasmina Triguero, tras recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar en el Aeropuerto de Asturias. Un recibimiento, en un día gris y lluvioso y sin niños que vitorearan a los Magos desde la pista del aeródromo asturiano.

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